I think I never felt this close before. {Derek Parkin}

por **Kathleen S. Hopkins** Mar Ene 24, 2012 10:21 pm

Debo reconocer que no, no me encontraba muy bien aquel día. Un conjunto de cosas se habían acumulado en mi mente, y ahora notaba cómo provocaba que me pesara el alma. Son esos momentos en los que por más que quieras estar contenta, sacar una sonrisa, notas que estás vacía del todo. Supongo que no estaba haciendo bien mi papel de chica Ravenclaw. Aplicada, inteligente, eligiendo las decisiones correctas. Estaba empezando a pensar que aquel ajado sombrero me había puesto en la casa de los águilas por equivocación, o tal vez porque no sabía muy bien donde ponerme. No soy valiente, tampoco excesivamente ambiciosa, ni si quiera me creo del todo buena persona. Más bien al contrario. Puede que tuviera cosas buenas, no lo niego, pero en esos momentos no podía ver más allá de mis defectos. Las peleas, ya sean con amigos, e incluso con enemigos, no me sentaban bien.

Aquella tarde, cuando las clases por fin terminaron, me dirigí a la sala común para dejar los libros, y salir de allí corriendo. No quería ver a nadie, al contrario, necesitaba estar sola. Se me ocurrió alguno de los baños, pero era demasiado... usual. Siempre había un lugar en el que sabía que nadie me encontraría si me buscaba: El aula abandonada del sexto piso. Era un lugar que todo el mundo temía, ya que si te pillaban allí solían castigarte bastante radicalmente. Por eso sabía que nadie pensaría que me encontraría allí. Nunca fui muy dada a los castigos, como la mayoría de mis compañeros Ravenclaw.

Salí de la torre en la que se encontraba mi sala común y me dirigí hacia mi destino, con pasos rápidos y firmes, esperando no encontrarme a nadie por el camino, cosa que parecí conseguir cuando llegué a la puerta del aula. Miré a mi alrededor. Aquel pasillo no era muy frecuentado, y en aquellos momentos no había nadie, así que aproveché para abrir rápidamente la puerta y me metí dentro, cerrándola con la mayor delicadeza que pude para no hacer demasiado ruido. Me giré para mirar el lugar en el que me encontraba. En verdad... nunca había ido allí. Había oído hablar de él, y había bromeado con entrar alguna que otra vez, pero mi siempre repulsión a los problemas no me lo había permitido. Anduve unos pasos, mirando hacia el techo, y observando el lugar con curiosidad. Se notaba que estaba abandonada, pero... ¿por qué razón? No me paré mucho a pensar, estaba demasiado interesada en el lugar.

Me acerqué a un espejo que había al fondo de la clase, y me miré a mí misma reflejada en él. Estaba algo oxidado, y había un par de trozos de cristal en el suelo que provenían de él. Lo observé tranquila, completamente evadida del mundo, hasta que escuché un sonido. Un sonido que provenía de detrás de la puerta de entrada. Pegué un bote asustada y saqué la varita sin pensarlo. ¿Sacar la varita? ¿Y si era un profesor? Fue lo primero que se me pasó por la cabeza, ni si quiera barajé la posibilidad de esconderme. Me quedé quita, notando como mi corazón bombeaba cada vez más rápido, y esperé a lo que fuera que iba a pasar en unos instantes.

por **Derek Parkin** Mar Ene 24, 2012 11:20 pm

Estaba sonriente, feliz, optimista, ¿el motivo? Ni yo lo sabía. En realidad debería de estar triste, enfadado... ¿Pero de que me iba a servir? Había sacado mala nota en el examen de pociones de ayer, había perdido el trabajo de DCAO y para colmo, dos chicas, me había pegado un guantazo hoy... Definitivamente no era mi día, pero ya vendrían mejores.

Había dejado la mochila en la sala común; mi primo, Scorpius, me había dicho de quedarme con él para hacer los deberes, pero no tenía intención, más que nada, tenía un mal día, y aunque tuviese ganas de sonreír, tenía que encontrar motivos, y encerrarme a hacer deberes, por muy divertidos que pueden ser junto a mi primo, no era motivo suficiente.

Me apetecía hacer un poco el tonto, el loco... y hacía tiempo que no iba por mi aula favorita, la abandonada. El simple hecho de acercarse a esa aula ya era motivo suficiente de castigo, eso es que hay algo interesante... aunque nunca había encontrado nada más interesante que un par de libros de magia oscura y algunos objetos extraños.

Entré en el aula dando un portazo, me apetecía hacer un poco de ruido, y eso que era peligroso que me viesen por ahí, pero sin riesgo no hay emoción.

Entré tan acelerado que no me percaté de que había nadie en la sala, y cuando giré mi cabeza a ver a la chica, me pegué un susto, no me esperaba encontrarme a nadie, y menos con la varita en alto.

Eehh Rubita, baja eso, que puedes hacer daño a alguien.-

Dije algo asustado, retrocediendo unos pasos hacía atrás. No me había fijado en quien era la chica, estaba demasiado pendiente de que de la varita no saliese ningún hechizo como para darme cuenta de que la chica era una de mis amigas.

por **Kathleen S. Hopkins** Vie Ene 27, 2012 11:27 pm

Cuando reconocé a la persona que había interrumpido mi tranquilidad, bajé la varita, acompañando el gesto poniendo los ojos en blanco. No podía ser otra persona que él, por supuesto.
Cuando su comentario llegó a mis oídos una ceja se me alzó instintivamente. ¿Rubita? Aquel individuo nunca cambiaria... Derek Parkin era por entonces uno de los Slytherin que mejor conocía, y además, uno de esos a los que no sabías muy bien si querer, u odiar.

- Me has asustado, idiota... -dije, mientras guardaba la varita y le daba la espalda. Me dirigí hacia una mesa de las que había allí y me senté mirando hacia Derek con las cejas alzadas. Le conocía demasiado bien, a pesar de que no íbamos a la misma casa, y sabía que se iba a quedar allí, y que además, si intentaba echarle, tendría más ganas de permanecer en la sala, aunque solo fuera para molestar, o picarme. Solté un bufido. En realidad no sabía muy bien por qué reaccionaba siempre así con él. Me caía bastante bien, no lo niego, pero... su actitud Slytherin salía más a la luz de lo normal-. ¿Me persigues? ¿O es que simplemente te gusta molestar, Parkin? -dije, no en un tono borde, sino más bien en uno divertido y provocativo.

Aquellas situaciones... me hacían gracia. Casualidades de la vida que nos hubieramos encontrado en aquel lugar, y en aquel instante.

por **Derek Parkin** Dom Ene 29, 2012 5:13 pm

Levanté la mirada cuando la chica empezó a bajar la varita y a la vez, empezaba a hablarme, como no, de forma borde... pero de que otra forma me iba a hablar mi "querida" amiga Kath. Vi como la chica fue a sentarse a una de las mesas, y yo, me dirigí hacia la ventana. Con ella aquí no me iba a poner a rebuscar cosas interesantes, si encontraba algo, seguro que tendría la intención de quitármelo, y, aunque obviamente no lo fuese a conseguir, prefería ahorrarme ese momento.

Ninguna de las dos cosas... aunque.. lo segundo si, me gusta.-

Me quedé mirando al techo y asintiendo con la cabeza, pensando en los momentos en los que me había puesto a picar a la chica, y si, me parecían divertidos.

Esta vez simplemente, has tenido el honor de que me encontrara contigo.-

Volví a apoyarme en la ventana y me quedé miando las bonitas vistas que daba esa bonita aula. Estaba entre dos torres grandes, que dejaba poco angulo de visión, pero se podía ver, al frente, el lago, y la caseta donde los alumnos de primer curso dejaba las barcas con las que venían, nunca antes me había asomado por esta ventana.

por **Kathleen S. Hopkins** Jue Feb 02, 2012 9:31 pm

Fijé mi mirada en él mientras hablaba, y se dirigía hacia la ventana, como siempre, decidido. Seguramente si hubiera sido al contrario, si yo me hubiera encontrado con él, y no él conmigo, me habría ido de allí... sería el primer impulso que se me vendría a la cabeza. Pero Derek no. Él siempre tan directo y conciso. No aparté la mirada de él hasta que vi cómo se quedaba mirando por la ventana. Me entraron ganas de decirle, "Las vistas no están ahí fuera, no, están aquí dentro", pero decidí cambiar de comentario. Ladeé la sonrisa casi inconscientemente antes de responder al chico.

- Cómo no, el único Derek Parkin que yo conozco es horriblemente pesado, así que... -me encogí de hombros antes de continuar-. Tú nunca cambiarás, Parkin... -dije, con cierto tono de burla. Me crucé de piernas frunciendo el ceño al oírle decir aquello de "has tenido el honor..."-. No, encanto, es que tu radar de encontrar chicas guapas siempre viene a mí.

Yo nunca solía hacerme la creída. Bueno, en realidad nunca la fui, pero con él era distinto. Su forma de ser me infundía... no sé, tal vez diversión. Al igual que a él le gustaba molestar, a mí me gustaba tomarle el pelo siempre que podía. Nunca me comportaba con mis demás amigos igual que cuando estaba con él. Era algo irremediable para mí. Me gustaba incitarle a la desesperación.

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