Una de las noches oscuras {Jacqueline A. VanDerVoort}

Era fin de semana y como tal pues podíamos asistir a Hogsmeade, aún mi padre se negaba a firmarme aquel permiso pero como era mi último año en Hogwarts pues prácticamente me dejaban asistir. Siempre cuando iba a Hogsmeade solía entrar en la casa de los gritos, la cual cada día que pasaba parecía un tanto renovada por dentro, al parecer quizás alguien se estaría dedicando a reconstruirla quizás alguien la habría comprado, aún no sabía como iba allí la demanda de las casas, aunque seguramente que sería parecido al mundo muggle, contemplaba cada cuadro que se encontraba colgado en aquellas paredes, el lugar seguía sin luz pero el polvo había desaparecido, al igual que aquel viejo sillón en el que siempre me sentaba, tan solo quedaba aquel destartalado piano del que al tocar una simple tecla se encontraba desafinado, seguramente que si mi padre supiera de todo aquello cambiaria de opinión por más que se lo contaba siempre me mandaba callar, quizás el que yo estuviera alegre por unos minutos le disgustaba o que todo lo que le contaba le recordaba a ella, a mi madre, la cual seguramente habría estado por aquellos lugares antes de que yo existiera, aún no sabía nada de ella, ya que mi padre se negaba a decirme nada. No sabía ni en que casa estudió, ni de si tuvo amigos, ni de como se enamoraron, nada.

Por ello a menudo que pasaban los días dudaba de si mi padre era realmente mi padre o un extraño que había pillado mi madre para que me mantuviera vivo. Por momentos parecía vivir una vida que no era realmente la mía, quizás serían ya desvaríos de mi mente al contemplar todo lo que me había encontrado la vida, aún recordaba la carta que recibía de Hogwarts la cual mi padre en un principio se negó a escucharla y después me dejó si quería abrirla, aunque yo ya sabía todo, ya que a la edad de cuatro años mi padre me dijo que mi madre era una bruja. Pero no sabía el motivo de su muerte, ya que ni mi padre sabía el motivo de su muerte. Me habían dicho que se fue a Francia, porque quizás quería separarse de mi padre, al parecer la familia de mi madre la había presionado para que se separase de mi padre y que yo fuese con ella, pero algo debió de salir mal.

En mis pensamientos me encontraba cuando un ruido en el salón me hizo salir de ellos para encontrarme con el murmullo de una voz la cual no la escuché claramente hasta que esta no estuvo delante de mí.

Su mirada parecía denotar un abismo de algo que se encontrase en mi rostro, pero el ápice del miedo comenzaba a asombrarse sobre mi rostro desaliñado de aquel día, intenté por momentos saber el motivo de por ella, la nueva profesora de pociones me había estado siguiendo todo el tiempo, y después descubrí de lo que realmente me había llamado la atención cuando recordé la firma en que ella había incrustado en mi cuaderno tras haberme corregido un par de redacciones sobre la poción matalobos, ese apellido me sonaba de haberlo visto en algún lado solo que no recordaba con precisión, quizás habría sido en uno de tantos libros de Historia de la Magia que había que tenido que estudiar todos aquellos años en Hogwarts, o quizás en el periódico que en numerosas ocasiones leía apellidos bastante interesantes, sea de donde fuese parecía que algo se me escapaba de aquello.

Tras analizar su voz, me quede quieto, aquella mujer parecía tenerlas ganada con su vida, debido a la impresión que daba a simple vista, la madurez se hacía evidente. Si ya de por si mi rostro era paliducho con aquel aura de misterio lo fue aún más, sabía que cuando había salido de Honeydukes me había encontrado con una sombra, pero hasta ahora no me había dado cuenta de que aquella sombra era la que me estaba siguiendo y no era ni más ni menos que la que ahora se encontraba delante de mi. Noté la textura de la pared en la que estaba apoyado y tras tragar saliva intenté buscar las palabras correctas para expresarlas correctamente sin ninguna connotación de nerviosismo o de duda.

-¡Hola!

Al parecer Pociones junto a un par de asignaturas más eran mis preferidas, quizás había venido para darme la enhorabuena por una de las pociones que había conseguido sacar adelante y que un par de alumnos años atrás habían conseguido sacar. Era tan difícil que muchos calderos en los que se encontraban mis compañeros de casa habían estallado, quizás hay es donde la inteligencia se había hecho evidente en mi, aunque aún no sabía lo que significaba al cien por cien de lo que significaba llevar aquel escudo en el que el águila era el dueño legitimo de la propia casa

-¿Se trata de mi padre o algo asi?

Últimamente no me había escribido y de las pocas veces que lo hizo ya no me acordaba, debido a que había pasado varios meses desde que supe de él, aunque prácticamente no me importaba si se encontraba mal, ya que casi nunca se interesaba por mi, parecía que aquel lugar, Hogwarts, había sido un punto y seguido en la relación paternal que había entre ambos. Me seguí fijando en los ojos de aquella mujer intentando encontrarlos e intentando mantener un tono cordial que hasta ahora parecía perdido, quizás una cualidad hasta ahora poco usual que la intentaba mezclar con un tono de cierta tranquilidad al saber que por una noche no tendría la típica charla sobre alguno de mis redacciones las cuales siempre me decían los profesores que escribía de un modo que a lo mejor muchos de mis compañeros no lograrían entender el significado de mis palabras, en otro idioma parecía que usaba un vocabulario mucho más ordenado para mi edad, algo que muchos de mis compañeros aun no usaban, más teniendo la misma edad. Como me había dicho que no se trataba del colegio lo primero que se me vino a la cabeza fue mi padre y luego el permiso a Hogsmeade. Aunque había escuchado perfectamente como me dejaban que fuese a visitar Hogsmeade.

-Bueno si es de mi padre no me interesa hay a veces que en verdad parece que se arrepiente de que yo sea su hijo,solamente por ser distinto a el,no entiendo nada...
¿El momento...?

Parecía que ahora si que estaba realmente perdido, como si se tratase de uno de esos momentos en los que me hubiera metido en un pasillo en Hogwarts que desconocía que existiera y no pudiera salir de el hasta que de nuevo no encontrase la puerta de salida. Quizás a lo mejor sería algo personal lo que me querría decir, últimamente en las clases parecía muy orgullosa de mi, aunque cada vez que me iba de su clase parecía como si ella se dejase algo, o como si quisiera que me quedara unos minutos más en su clase, para hablar quizás con ella.
En ese preciso momento me di cuenta de que mi segundo apellido que se encontraba siempre en el libro de Historia de la Magia, coincidía con el suyo, espera Isaac detente creo que no has tomado nada raro hoy ¿O si?

-¿Pero como mi madre se fue con el?, ¿Y como que estos años no he sabido nada?
Mi cabeza empezaba a hervirme a preguntas una detrás de otra y sin sentido, todo aquel tiempo me habían llevado a la conclusión de que era el excluido siempre en la familia de mi padre, e incluso le había costado el que mi padre tampoco fuese a las típicas cenas de navidad que celebraban, a decir verdad aquel año sería el primero que las pasaría solo ya que por primera vez parecía que mi propio padre había sido perdonado, pero quizás a un precio mucho mayor del que yo me esperaba y con una condición que se entendía claramente.

Ella me había dicho parte de lo que realmente pasaba en el mundo muggle, que si no eras "normal" para ellos acababas tachado por algo paranormal o fuera de lo común.

-Siento que tenga que realizar tantas preguntas pero es que me he encontrado tan solo que todo esto ahora me puede, este año pasaré por primera vez las navidades solo.

A decir verdad Domi me había invitado a que fuese con ella, pero no sabía si molestaría en su casa pues casi nunca había visitado la casa de alguien mágicos decir a lo sumo que había visitado había sido la casa de su vecina la cual era también una anciana muggle que sus hijos la habían abandonado ya que se habían ido a otro país, casi siempre me llamaba como su hijo pequeño algo que no me importaba porque sabía de lo que realmente la pasaba, seguramente las pasaría con ellas las navidades, algo que me resultaba muy triste era que tenía que aceptar casi todos los polvorones que tendría como premio tras haber cenado, no era por el detalle de comer los polvorones sino porque estaban pasados de año, ya que los guardaba de un año para otro y se encontraban realmente duros, prácticamente incomibles además que casi siempre la casa se encontraba en un estado de temperatura que parecía que hacia mas frio que afuera en la calle.

Esperaba que aquel año no tuviera que pasarlas con aquella vecina y que por lo menos tuviera una novedad en la vida, al parecer la sorpresa me había venido con aquella señorita.
-Me sonó ese apellido, solo que no sabía donde lo había visto escrito hasta que recordé que lo tenía escrito en mi libro de Historia de la Magia,VanDerVoort

-Increíble historia, me has dejado sin palabras hace mucho tiempo que deseaba saber la historia completa de todo lo sucedido. Pero según tengo entendido jamás se supo si el cuerpo era el de mi madre...

Era verdad, según las investigaciones era todo tan confuso que el ADN no correspondía al cien por cien, siempre solía leer el caso en el que siempre había recortes de periódico en una de las carpetas que se encontraban en uno de los cajones del escritorio de mi padre, él había estado recortando todo lo que la prensa había estado investigando, el crimen había sucedido en uno de los callejones de Londres, pero apenas podía entender como había pasado, al igual que ninguno de los detectives privados que había contratado mi padre.

Aún andaba receloso de que quizás mi madre estuviese viva y se encontrará por algún lado, aunque sabía perfectamente que ella estaría muerta y que a lo mejor era mentira mis suposiciones, las cuales eran fruto de estar desesperado al encontrarte con un padre que apenas preguntaba tu estado o si te iba bien en la escuela. Los retratos de mi madre hacían bastante tiempo que habían desaparecido de la casa, sólo los recordaba vagamente cuando era pequeño. Ahora tan solo había retratos de mi padre con gente "famosa”, que siempre solía hacer negocios con mi padre.

La vida en el hogar de los Jones era tan aburrida que podías perfectamente encontrar en una de las numerosas fotos de mi padre con alguien el entretenimiento perfecto, apenas había fotos mías nunca me había atrevido a preguntarle. En la casa todo parecía un misterio, y de no haber sido por la señorita que tenía en aquel instante delante de mi no sabría la verdadera historia de mi familia, incluso me había sorprendido aquello de que mi madre había sido gryffindor, al parecer no había ganado los valores de esa casa para caer en ella y había caído en Ravenclaw, quizás había heredado algo de la familia VanDerVoort.

-¿Sabes si alguien de la...nuestra familia ha sido Ravenclaw?

A lo mejor ella no sabía nada de los antepasados, aunque por lo poco que había escuchado todos habían caído en la casa de la ambición y de los mejores amigos. Algo que le gustaba era toda la historia que podría tener la propia familia VanDerVoort algo que sin duda la respetaría aunque ya no fuese un purista, aunque no por ello el decidiera mantener los ideales puristas de la sangre, daba gracias de que por lo menos tenía parte de magia en sus venas porque si no ahora mismo quizás estaría muerto.

-Espero mantener los ideales de la propia familia y no cometer el error de casarme con una muggle, espero que no sea demasiado tarde para enmendar el error de mi madre…