Una aventura con sorpresa [Dorian C. Kirgyakos]

Alguien en alguna ocasión dijo que la vida sin aventuras no es vida. Bueno, en realidad Iulenka no sabe si eso es verdad pero es como ella lo ve y no piensa cambiarlo. Claro está, las aventuras que la profesora imagina no son nada divertidas para otros, sean personas o seres vivientes en general; pero la idea de tener que divertirse en esta vida está y es lo que vale, ¿no? ¿Aunque eso quiera decir que otros tengan que sufrir?

Y es por eso que la joven maestra de Astronomía se encuentra caminando hacia el bosque prohibido, esa despejada noche. En toda su vida como estudiante de ese colegio fue solo dos veces a ese lugar, la primera por un castigo impuesto por un profesor y la segunda, para demostrarle a los estúpidos de sus compañeros que ella puede ser señorita pero no aburrida. ¿Qué consiguió esas ocasiones? Varios traumas que tienen que ver con su vida y el terror que le provoca imaginar su cadáver. Así que, decidida a cambiar esas malas experiencias y aburrida hasta la coronilla, Iulenka dejó de escuchar su lado lógico y se internó en el frío y oscuro bosque.

Tenía la capucha de su capa puesta ocultando su rostro, mientras que en una de sus manos la varita de espino se encuentra firmemente agarrada para el momento que tenga que utilizarla. Aún no necesitaba iluminar el camino, y en realidad, trataba con todas sus fuerzas evitar hacerlo, no quiere llamar la atención de los seres que viven en aquel lugar. De la nada un ruido llegó a sus oídos colocándola en alerta, observa a su alrededor y ve como un pequeño animal corre despavorido por entre los árboles. ¡Oh, no! Eso no es bueno, nada bueno.

Había encontrado la solución a mis problemas de aburrimiento. ¿Que Hogwarts estaba soso éstos días? ¿Que no había excursiones a Hogsmeade? ¿Que nos tenían encerrados en cuatro paredes para ir a clase día si y día también? Pues había que buscarse la diversión por algún sitio, eso estaba claro, y yo la había encontrado al asomarme por na de las tantas ventanas de la Torre de Ravenclaw. Este era mi segundo año en aquel colegio, por lo que llevada en él un curso y lo que iba de este último. En todo ese tiempo no había hecho mucho por descubrir Hogwarts, a pesar de que se decía que tenía un gran número de secretos que valía la pena descubrir. A mí, en cambio, nunca me habían interesado realmente. Mas hoy al ver el Bosque Prohibido una cuestión surcó mi mente.. ¿Por qué no? Si, estaba prohibido. Ta nos lo había dicho el director al principio del curso y así mismo ya lo decía su nombre. Pero era justo, el que estuviera prohibido, que lo hacía una aventura más interesante.

Dejé que se hiciera la tarde-noche, pues la mayoría estarían o en sus habitaciones o preparándose para comer, algunos terminando sus deberes para el próximo día y otros empezándolos a hacer apurados. Muy pocos alumnos haciendo de las suyas por fuera, que hacía bastante frío. Yo, en cambio, enfundado en mi túnica de Ravenclaw salí por las puertas del castillo como Pancho por su casa. Sin importarme que me vieran. Total, aún quedaba muchísimo para el toque de queda y podía estar por ahí hasta entonces sin llevarme ninguna reprimenda o bajada de puntos.

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No sabía cuanto tiempo llevaba merodeando por ahí, pero lo que si sabía es que hasta ahora no había encontrado nada que mereciera la pena. Al principio fue emocionante ver tanta oscuridad y tantos árboles con ese aspecto lúgubre, pero había sido tan repetitivo que ya no tenía esa emoción. Alguna que otra araña, y bicho por el suelo que había preferido esquivar. Más por asco que por otra cosa. Al menos me entretenía saltando piedras y bajadas un tanto complicadas, sin dejar nunca de sujetar la varita por si las moscas tuviera que llegar a utilizarla. En una de esas me sorprendí no solo al escuchar un ruido más fuerte de lo normal, sino también a distinguir una figura entre los árboles. Al principio no supe identificarla, fui lo suficiente prudente para no avanzar por si las moscas era algo de lo que me iba a arrepentir al descubrir. Fruncí el ceño cuando se movió y pude verle mejor. Era un encapuchado. ¿Mortífagos? Lo dudaba.. supuse que si habría algún movimiento de ese tipo yo sería uno de los primeros en enterarme. ¿Entonces? Guiado por la curiosidad me aventuré a avanzar, apuntando a aquella persona con la varita en todo momento.