Aparecium -> Foro 3º Generación {Recién abierto - TODOS los personajes Cannon disponibles}

Eram quod es, eris quod sum

Cuentan las malas lenguas que el origen de este, nuestro mundo, no es el que nuestros antepasados nos han relatado. No por encubrir un fatídico pasado, simplemente por desconocimiento. Pero, estamos dispuestos a creer cualquier cosa salvo la verdad mientras no se nos presente irresistiblemente tentadora. Con una pequeña chispa se puede prender toda una hoguera que, como última finalidad, nos quemaría a todos; la gente siempre tiene ojos para lo que no le importa. Pero,¿qué si esta vez esa escondida y arrebatada verdad es necesaria para enfrentar un mal que se avecina? Muchos dirían que es mejor dejar las cosas como están, otros que las personas dependemos de las mentiras casi tanto como del aire que respiramos. Vamos a ser francos y relatar nuestros verdaderos orígenes, escritos en un antiquísimo pergamino hallado en Rumanía hace apenas una semana y que ha causado la total revolución del Mundo Mágico.

En el principio todos los seres humanos éramos iguales, y con ello quiero decir que todos, absolutamente todos, sin excepción. La magia vivía en cada uno de nosotros en armonía con nuestro entorno y ni siquiera se necesitaba varita para poder canalizarla. Era un país inmenso gobernado por un mismo Mago Supremo, el cuál confiaba en cuatro grandes hechiceros para gobernar en los lugares de la Tierra con más eficiencia. Aradan, que así se llamaba el mago, era querido en toda la superficie del planeta, por su honestidad y templanza además de por sus impolutas decisiones. Nadie sabía de dónde había surgido, ni tampoco le habían logrado ver en persona; lo que si conocían, con total certeza, era que llevaba gobernando desde el inicio de los tiempos. Se ocupaba de que a ninguno de sus habitantes les faltase de nada y que pudieran vivir acomodados durante toda su vida, mas como todos sabemos, la especie humana es ambiciosa y cuando en uno despierta la enfermedad de la avaricia, no hay quien la pare.

Baragund, el hechicero encargado de Oceanía, era joven e insolente. Estaba muy disconforme con el territorio que le habían encomendado gobernar, pues era el más pequeño de todos y sus gentes eran demasiado pacíficas y tranquilas para su gusto. Creía merecer algo mejor, por lo que poco a poco la envidia y el rencor hacia los otros hechiceros y hasta el mismísimo Aradan ennegreció su corazón, el cuál se pudrió al no lograr albergar sentimientos puros. Este aura oscura fue extendiéndose por todo el área, mediante los incesantes discursos del varón; en escasas semanas, no había habitante que no se moviese por medio del odio y la codicia. Visto que se encontraba más que bien respaldado, Baragund comenzó una batalla silenciosa y un tanto cobarde. Consistía en atravesar el mar y llegar a Asia, donde gobernaba su hermano, Cyrion. Allí, transmitirían el mensaje, el cuál creía que no habría ser que lo rechazaría, y antes de casi siquiera iniciarlo ya habría conseguido el control total de la Tierra.

Pero las gentes de Asia no fueron tan fáciles de convencer, había una parte que aceptaba tales ideales como un nuevo credo, mientras que había otra que seguía albergando luz en el corazón y ni siquiera se había molestado en escuchar lo que predicaban. Fue así como el territorio sin fronteras se fue resquebrajando, bajo la decepcionada mirada Aradan. No se demoró más de seis meses en extenderse por todo el mundo, enfrentando familias enteras y haciendo que por primera vez en la existencia, la violencia tuviera lugar. Muchos magullados y muertos, incendios y saqueos provocados por los seguidores de Baragund hicieron que Aradan mandase construir una enorme muralla para separar ambas zonas y proteger a quienes aún creían en la igualdad y los buenos propósitos.

La primera Gran Guerra de Duilwen tuvo lugar en el Este de Europa, por tierra, alimentando las ansias de poder de la parte sombría y la inteligencia en la parte que aún se mantenía fiel a las enseñanzas de su legítimo rey, intentando utilizar la fuerza lo menos posible. A esta le sucedieron otras cinco guerras, denominadas “El Pentalfa”, en las cuales parecieron acabar empatado y llegado a un acuerdo entre ambas partes. Existió entonces un tiempo de paz, en el que ciudadanos de ambos reinos convivían no bien, pero sí mejor, intentando salvar sus diferencias. Creyeron que ya todo había terminado pero erraron fatalmente, el terror no había hecho más que comenzar; La Resistencia en el reino de Aladan y La Conspiración en el reino de Baragund, se sublevaron propiciando un golpe de Estado que pilló por sorpresa a ambos monarcas y puso en jaque su reinado. Fueron destronados y todo sistema de gobierno abolido, por lo que la Era Sombría se cernió sobre los humanos y el Sol se ocultó durante un período que se asemejó eterno. Aradan falleció de pena y Baragund fue despedazado por todos los que una vez creyó súbditos.

Galdor, la hija de Aradan y legítima heredera al trono de su reino, al perecer su padre y quedarse al mando de los pocos fieles a lo que una vez hubo sido el planeta, decidió ir en busca de los Doce Sabios, los cuáles se encontraban en una cueva submarina en el continente Africano desde que el mundo era mundo. Para llegar hasta ellos, había que superar muchas pruebas, tanto físicas como de ingenio, no se sabía de nadie que hubiese regresado; mas la muerte no era un precio muy alto, pues quien consiguiese completar el viaje tenía derecho a que un deseo se hiciese realidad. Galdor peleó con uñas y dientes para conseguir su cometido y al final, moribunda, consiguió llegar hasta la cueva. Los sabios la curaron y mudaron sus ropas con mimo al ser la única que persona que había logrado llegar hasta allí, preguntándole una vez consciente que cuál era su deseo, pues debían de concedérselo. Ella les relató todo lo que había acontecido en el mundo de arriba y que en esos mismos momentos estaba sumido en un completo y oscuro caos, por lo que sólo conseguirían volver a la calma si la oscuridad desalojaba los corazones de las personas que habían sido poseídas por el mal. Mas ello no fue posible, sus almas ya no tenían salvación alguna, sus entrañas se habían corrompido y su sangre, hecho veneno. El único remedio que hubo fue separar ambos mundos de manera que no se destruyesen los unos a los otros, borrando las memorias de quienes vivían en el mundo de arriba para que en la memoria de la humanidad no quedase ninguna constancia. Galrond volvió a su legítimo lugar y fue una reina ejemplar, llegando incluso a olvidarse también de todo lo ocurrido.

Los años fueron sucediéndose y la vejez de los Sabios agravándose. Como habían sido necesarias sus almas para que se diese lugar a la separación de los dos mundos recogieron una por una las historias que la muchacha les había relatado junto a los conjuros más potentes que cualquiera hubiese podido conocer. Sabiendo que no podía caer en malas manos, forjaron un candado de doce llaves, en cada cuál quedaría encerrada el alma de un sabio, siendo confiada a sus respectivos primogénitos, los que pasaron a ser guardianes del secreto mejor guardado. Fueron pereciendo uno tras otro con el paso del tiempo hasta que sólo el más joven quedó en pie. Antes de su propia muerte se aseguró de ocultar el ejemplar en el lugar más recóndito de aquel mundo, pereciendo junto a él.

Podría parecer que el secreto murió con ellos, pero no es así. Aquel anciano, el último de los doce, dejó como única herencia a su primogénito la llave que le correspondería y un pequeño pergamino enrollado y cerrado con lacre, que nunca se supo lo que contenía, hasta ahora. Caden Ashton Anderson, distinguido Auror de nuestro tiempo, dio con él el pasado Septiembre. A partir de entonces se encerró en su casa, jurando que conseguiría descifrarlo. Mas dicho papel le ennegreció el corazón, le contaminó el alma e hizo que todas sus buenas intenciones expiraran, logrando que en él volviese a refulgir el vestigio del difunto Baragund. Ya no es un secreto, dicha inscripción ha causado un verdadero revuelo en el Ministerio de Magia. Ahora se sabe que los hijos de muggles que consiguen hacer que sus poderes se manifiesten es porque el hechizo de los Doce Sabios no contaba con que se pudiese viajar entre ambos mundos y por lo tanto, después de muchas generaciones, el número de estas personas con poderes ha ido aumentando.

Caden ha acabado ocultándose junto a todos sus seguidores, los cuales ansían fama y poder. ¿Por qué? El pergamino relata que aquel quien consiga el Libro de los Ancestros y las doce llaves será el digno gobernador de todo el planeta y podrá manejar todo lo que en él hay a su antojo. Pero,¿dónde están esas llaves?Los descendientes de los primogénitos de dichos sabios contienen la respuesta en su interior. Tan sólo se sabe que estas personas podrán realizar magia sin su varita y cada uno de una naturaleza diferente. Está en su mano el detener toda esta locura o sumarse a la causa del Ejército Negro, capitaneado por el ex auror y actual mago tenebroso, Caden Ashton Anderson. ¿Lo ocultarán?¿Se unirán a la causa?¿Lucharán por defender su mundo tal y lo conocen? Todo está en juego y nada en claro. Todo puede ocurrir en Aparecium.

Administración

Violette H. Ackerley

Mérope L. Nott