Verdad o Reto ¿Juegas? {Rol grupal - Para entrar MP}

Fiesta. Oh sí, súper fiesta. Estaba encantada de tener que reunirme con algunas de las personas que menos soportaba de todo el colegio, nótese la ironía, por favor. Caminaba por los pasillos de la escuela distraída, mirando embobada las ventanas, dirigiendo mis ojos al cielo oscuro y estrellado que se intuía a través de los cristales translúcidos y brillantes. Una sonrisa tonta se dibujaba en mis labios mientras yo intentaba recordar por cual de las escaleras debía subir. Maldito castillo, malditas escaleras kilométricas y cambiantes. Todo el mundo parecía estar ansioso e histérico por la dichosa fiesta de la Sala de los Menesteres. Yo, al contrario, me encontraba relajada y completamente tranquila. ¿Qué era lo peor que podía pasarnos? Habría gente de todas las casas allí, nadie podría perder más puntos que otros si nos pillaban. Me encogí de hombros y sonreí de nuevo, esta vez divertida y más segura de mi misma gracias al simple hecho de haber encontrado el camino correcto.

Entré en aquella sala de golpe y además de una forma torpe y estúpida, como solía hacer la gran mayoría de las veces. Había bastantes alumnos, algunos conocidos y otros no tanto. No miré a nadie más de dos segundos seguidos y me dispuse a enterarme qué teníamos que hacer. Anda. Verdad o reto, un juego que se me antojaba fácil. No tenía ningún tipo de problema en decir las cosas tal y como las pensaba; como tampoco tenía ningún inconveniente en quedarme medio desnuda si las circunstancias lo requerían, como si tuviera algo que esconder. A pesar de lo apática que pudiera estar, había que admitir que la organización estaba muy lograda, se lo habían currado. Cómo se notaba que tenían ganas de romper con la rutina y quizá de descontrolarse un poco. Me senté donde pude, ensimismada en mis propios pensamientos y sin hacer mucho caso a nadie.

La primera chica, una tal Corine, cumplió su reto. Hacerle dos chupetones a alguien que le cayera mal. Menuda tontería, si me dijeran que tengo que declararle amor eterno y casarme con él o ella ya sería otra cosa... ¿Pero dos simples chupetones en el cuello? En fin, hay de todo en este mundo.
Después le tocó a otra chica de Slytherin, alta y morena, bastante guapa. A esta le tocó darle un beso en la mejilla de un Hufflepuff. Otra tontería, aunque comprendía que para una serpiente, con todo ese orgullo y esos prejuicios, debería de ser bastante duro. Levanté una ceja, algo incrédula y sin ganas de maquillar bajo capas de indiferencia aquella sorpresa que poco a poco se iba despertando en mi. Me preguntaba cuál sería mi reto.

La respuesta no tardó en llegar, la tal Svetlana se dirigió a mi y, sin dejarme hablar para decirle cómo me llamaba -algo que no parecía importarle-, me retó a ponerme una camiseta blanca, mojarla y estar así hasta que se secara. Bien, algo parecido a correr semi-desnuda por la Sala de los Menesteres. Me miré a mi misma y supuse que aquella camisa blanca y fina serviría como camiseta. Me posicioné en el centro de la habitación, para que todos pudiera verme bien y así demostrar que no tenía ningún miedo. Luego, hice una pequeña reverencia y con un pequeño pero gracioso movimiento de varita hice que un chorro de agua fría cayera sobre mi, mojándome entera de arriba abajo. Al parecer la gente estaba contenta, 'sí, qué bonito era ver a una chica con la camiseta empapada', pensé para mi misma. Sonreí con mi sarcasmo habitual y empecé a mirar a las demás personas que había en la habitación, buscando alguna lo suficientemente interesante a la que retar.

Finalmente, di con un chico de Ravenclaw, bastante guapo pero de aspecto algo superficial. Me acerqué a él, sin vacilar y con un aire de autosuficiencia desbordante. Lo miré fijamente y sonreí de medio lado.—Tú—Dije con una sonrisa que ya me ocupa la mitad de la cara. Cogí una botella de Whisky de fuego y se la enseñé.—Te reto a beberte toda esta botella de whisky de golpe.—Remarqué estas últimas palabras con fuerza, dándole a entender lo que quería.—Y que luego bailes algo minimamente sexy delante de todos nosotros.—Me encogí de hombros de nuevo, notando como empezaba a temblar gracias a la maravillosa idea de mojarme la camisa.—Quizá sea una tontería, pero las botellas de licor no están ahí para hacer bonito ¿No?—Acabé en un tono convincente y, entregándole de forma definitiva la famosa botella al chico en cuestión, volví a sentarme.

Terminé de bajar con un ligero salto los escalones que separaban la Torre de Ravenclaw con el séptimo piso, lugar en el que se encontraba la nombrada y ''oculta'' Sala de los Menesteres. Esa sala tan curiosa de Hogwarts que al parecer cambiaba según los deseos de cada persona o, al menos, eso era lo que había oído y me habían explicado, pues yo aún no había tenido la suerte de pasar por ella. Quizás por eso estaba un tanto perdido en cuanto al lugar en donde se celebraría esa extraña fiesta. O reunión. Por los pasillos del castillo se había corrido la voz durante esta última semana sobre una fiesta entre todas las casas, en el séptimo piso cerca de la Sala Común de Gryffindor, algo que sencillamente levantaría el ánimo de cualquier estudiante. Sobre todo si teníamos en cuenta que las salidas a Hogsmeade parecían estar lejanas a nuestro presente y solo teníamos que hacer dos cosas: estudiar y deberes. Mas tras escuchar lo de ''jugar a verdad o reto'' la idea de fiesta se me había minimizado hasta extremos insospechados.. ¿Qué tipo de fiesta era esa? ¿De niñas en pijama? Había que llamarlo reunión, algo para distraernos. Igualmente me parecía bien, siempre que fuera para divertirse.

Por eso estaba ahí, con mis manos escondidas entre la tela de mis bolsillos y merodeando por los pasillos de aquella planta. No estaba seguro de cuántas vueltas había dado, pero ya habían sido unas cuantas. Fue entonces cuando me fijé que una morena estaba entrando a una puerta y, segundo más tarde, esta desapareció ante mis narices. Ladeé una sonrisa. Apuré el paso, dando por sentado que llegaba un poco retrasado, y me puse a caminar delante de aquella puerta mientras pensaba en ''reunión'' o ''fiesta''. ME sentía subnormal, completamente retrasado, hasta que se abrió. Y no dudé en entrar. Ya había gente, a decir verdad parecía que fuera el último en apuntarse a aquella velada. Primero eché un vistazo a mi alrededor, al lugar, decorado y con lo principal para acallar excusas de abandonar el sitio: bebida y comida. Después me fijé en la gente. No conocía a nadie. A n-a-d-i-e - Buenaaaass.. - Saludé igualmente, con una sonrisa, mientras cerraba la puerta. Eso, supuse, lo hacía hasta cierto punto más curioso lejos de hacerlo pesado o poco apetecible. No dudé en sentarme para ser espectador de todo aquello.

Retos benignos y un tanto tontos, quizás en excesividad. Mas eso no me privaba de sonreír con cierta diversión por las caras de asco que se ponían unos y otros cuando tenían que cumplir sus retos. Sobre todo el de la chica pálida y los lametones. Aún seguía sin comprender del todo cuál era el pique que había entre las casas, que yo veía como mera competencia por ganar. Pero los alumnos que habían sido siempre de Hogwarts parecían tomárselo mucho más a pecho. Hasta que llegó uno interesante. Ladeé una sonrisa, ciertamente divertido y hasta un punto sorprendido, por la poca vergüenza y por la escena que nos había regalado una Gryffindor. Me permití, incluso, reír, alzando el brazo para coger una gominola de los platos que habían por ahí. Me la fui a llevar a la boca, mas el ver a la misma chica dirigiéndose hacia mí hizo que me quedara con la golosina posada en el labio. Alcé una ceja por ese ''tú'' y, aunque quise evitarlo, no pude evitar descender mis ojos por su camiseta mojada. Esa misma que se le pegaba al cuerpo y casi se transparentaba. Fue entonces cuando recibí ese ''tú'' con buenas maneras.. como para no hacerlo ¿no? y ladeé una sonrisa con cierto aire de superioridad. Sonrisa que disminuyó tras escuchar ese reto directo, sin pregunta anterior en la que me hiciera elegir que quería. ¿Verdad o reto? Pero para qué negarlo, me encantaba.

- ¿En serio? - Pregunté mientras bajaba mi vista hasta la botella de whisky que me ofrecía. Genial. No tenía ningún tipo de problema en emborracharme.. pero ser el único gilipollas sin los cinco sentidos puestos no era algo que me hiciera mucha gracia. Sin embargo, me levanté, tomando la botella mientras observaba con una ladeada sonrisa como la chica volví a su sitio - Bueno.. como seguramente después no esté en condiciones de pensar mucho.. elijo primero antes de hacer mi reto - Anuncié, dando una leve mirada a los demás. Por aspecto, elegí a un canijo de Gryffindor cuyo nombre, edad y todo lo demás, desconocía - Tu.. ¿Verdad o reto? - Le pregunté, recibiendo como respuesta la segunda opción. Mientras pensaba en cuál podía ser el reto me puse a abrir la botella de whisky, dejando la tapa a un costado. Subí mi mirada a la morena de Gryffindor que me había puesto el reto y sonreí - Termina de quitarle la camiseta a aquella chica - Le dije mientras la señalaba - .. con un bailecito, claro - Añadí para, seguidamente, ensanchar mi sonrisa.

Miré la botella y, tras encogerme de hombros, me la empurré de golpe. Mucha parte del líquido terminó escapándose de mi boca, derramándose por el suelo e, irremediablemente, ensuciándome. Pero eso no hizo que, con el ceño fruncido con violencia, dejara de beber. Al terminar con la jodida botella tuve que apoyarme en el brazo del sillón, dejando escapar una exclamación en la que me quejaba y alucinaba de ese sabor amargo, de como mi garganta parecía arder en llamas y de como me había mareado de un momento a otro. Parpadeé. Había dejado un poco más que el ''culín'' de la botella pero, joder, ya estaba - Lo que me faltaba.. - Murmuré por lo bajini al recordar que tenía que bailar - ¿Dónde está la música? - Pregunté mientras de un salto me ponía en el medio de todos, empezando a moverme muy sensuarmente. (?)


Tras terminar me dejé caer, de nuevo, en mi asiento, riendo.

Para sorpresa de Afrodite, mucha gente se había apuntado al juego. Mucho mejor. Todo sería más divertido. Además la noche aún era joven, y tenían mucho tiempo por delante, puesto que era viernes y mañana no tendrían que madrugar para ir a clases. Corine escogió a Svetlana, y esta a su vez, a la chica esta… Yulia. De tan solo ver a ésta última con la camisa empapada, le había dado frío. Dorian, un chico de Ravenclaw, hizo un baile algo ridículo a causa del licor y luego le siguió Hugo. Por el bien de Afrodite, esperaba que no le mandasen algo en lo que las… chicas que se hallaban allí, pudieran comérselo con la mirada… o con los labios (?)

Bien, esto no era bueno. Arrugó la nariz y apretó los labios, cuando se acercó a Yulia y le quitó la camiseta. ¿En qué momento se le había ocurrido la genial idea de inventar aquel jueguito? Ahora se estaba arrepintiendo. Desvió la mirada y habló con una chica de su misma casa que se hallaba a su lado, mientras el showsito pasaba; y ahora le tocaba a una Hufflepuff que había visto en alguna que otra guardia como prefecta. Un reto bastante sugerente, a su parecer, para una chica que se veía algo tímida. Un concepto bastante errado, pues en cuanto lo hizo, le ordenó como reto a Jeröme, que hiciese Streeptease a todas las chicas y… ¡Sorpresa! Un beso a Hugo. Tapó su boca con una mano, ahogando la carcajada que amenazaba por salir de sus labios; en cuanto vio al pobre chico, arrugar la nariz en cuanto el Ravenclaw se le acercó. Después de aquello, el chico bailó con ella, preguntándole si prefería verdad o reto.

- Reto, por supuesto –No quería que le preguntasen algo que tuviera respuestas bastante “delicadas” para ella. Bailar “sensualmente” mientras le enjabonaba el cuerpo a Dorian. Bien. No debería ser tan complicado ¿verdad? Se acercó a Dorian, sin saber qué hacer-. Me parece que hoy es tu día de suerte Dorian, ¡por Merlín, lo que debo hacer! –Si hubiese sido con un chico al que conociera más, no le hubiese importado; pero a él no le conocía mucho. Lo miró apenada. Ella jamás había bailado así. Bueno, sí. Lo admitía. Muchas veces había bailado así, porque la música era del tipo sensual y todo eso, pero solamente lo hacía por diversión. Jamás se lo bailó a un chico y menos pensó que se lo tendría que bailar a alguien que no conocía bien.

Las luces se apagaron, y solamente había algunas prendidas pero de color rojo o violeta, para darle clima al ambiente. No sonó ninguna música, pero ella se la imaginó. Se quedó mirándolo. Es ahora o nunca, pensó; a demás, dicen que eres muy sexy. Tendrás que sacar ese lado o sentirte defrauda, Afrodite. Suspiró una vez más y se acercó a él, con una sonrisa sensual en su rostro. Empezó a bailarle sensual y provocativa pero sin dejarlo de mirarlo de forma traviesa mientras le comenzaba a quitar la ropa y enjabonarlo. Se cuidó de no salpicar nada en su ropa, y así no darle el “gustico” a Jeröme. Aún así, trató de divertirse. Al fin de cuentas, era un juego. No tenía nada de malo. Volvió a mirarlo, movió sus caderas sensualmente, y le apunté con su varita para sacarle el jabón con un Aguamenti conjurado; haciendo que el chico despertara de ese… letargo, producido por el alcohol. Volvió a su lugar caminando con parsimonia, y evitando mirar a Hugo a toda costa. La música se paró y todo volvió a ser como antes, para suerte de ella.

Se sentó, y paseó su mirada rápidamente por todos los invitados. No quería repetir a nadie aún, así que su mirada se posó en su amigo Gryffindor: Jang. No había visto a su novia en todo lo que iba de juego, y uno de los mejores retos hubiera sido algo referente a ella. Nunca los había visto, demostrándose el amor que “se profesaban”; y no es que Afrodite fuese curiosa, pero aquello llamaba su atención. Jang era su amigo, por más que fuese. Pero como no quería pensar algo más, pues el reto anterior seguía poniéndola nerviosa por el hecho de que nunca había hecho aquello, decidió escogerle a él.

- Jang ¿verdad o reto? –Sonrió de manera tranquila, esperando no tener que pensar mucho. El asiático se decidió por ‘reto’, y aunque hacían falta personas que escogiesen ‘verdad’, para sacar sus trapitos al sol (?), le alegró no tener que pensar una pregunta, y ser la causante de alguna imprudencia. Aunque aquello era su especialidad- Bien. Te reto a que beses… -Se calló. Iba a seguir con un ‘dos chicas, y escoges cuál de las dos besa mejor’; pero hoy no quería tener que escuchar gritos, decidiendo quién era mejor; o una miradas que la fulminases. Así que prefirió cambiar su reto- No, mejor… Tendrás que hacer que la persona que más te atraiga de la sala, se meta contigo a… esa bañera, y te bese en dos partes del cuerpo. Las que quieras –Encogió un hombro, y comenzó a beber de su vaso, con tranquilidad; mientras señalaba la bañera que ahora había aparecido en la Sala de Menesteres.

Off. Sorry. No se me ocurría ningún reto más