Con algo de prisa -Caireen-

Caminaba con rapidez por los pasillos del cuarto piso, me tocaba clase de Defensa Contra las Artes Oscuras y como de costumbre llegaba tarde, no llegaba tarde aposta ni porque me entretuviese por el camino hablando con la gente ni nada por el estilo, siempre solía llegar tarde por algún accidente causado por mi extrema torpeza. La verdad es que no sabía como me las ingeniaba pero siempre terminaba siendo la protagonista de una situación bochornosa, que tras varias semanas después todos se encargaban de recordarme, sobre todos los alumnos de Slytherin, no entendía muy bien el motivo, pero al parecer, a la mayoría de ellos, por no decir a todos, no es que les cayese muy bien. Debía de ser esa personalidad mía lo que hacía que todos me esquivaran al verme, no podía evitar ser un terremoto y hablar sin parar, lo había intentado cambiar muchas veces, pero siempre había sido en vano, además, tampoco entendía muy bien porque debía cambiar si a mi me gustaba ser tal y como era.
El caso es que hoy llegaba tarde gracias a mi repentina caída en un inmenso charco, la verdad es que no entendía ese imán que tenía yo para los desastres. Me había tocado irme a cambiar a mi habitación y es por eso por lo que llegaba tarde, muy tarde.
Continuaba caminando, casi llegando a mi destino cuando de repente vi como un libro se estrellaba contra la pared justo delante de mis narices. Me asusté un poco ya que nunca me hubiera esperado semejante cosa. Fui a recoger el libro, pero antes de que pudiera hacerlo un chico ya lo estaba haciendo por mí.