Encerrado... por idiota (?) {Bath}

Oh my god. Esas fueron mis primeras palabras al entrar a la Sala de Trofeos. Llevo seis años aquí y esta es la primera vez que entro, ¿por qué no lo hice antes? Ni idea, supongo que estaba muy ocupado para eso. Cuando aún estaba en la puerta me tropecé cayéndome al suelo por culpa de los cordones de mis zapatos que no estaban atados. Me puse de pie y me sacudí el pantalón y la túnica, tomando mis gafas que cayeron también y por suerte no estaban rotas. Me las coloqué y pasé, quedando asombrado por la cantidad de trofeos que habían, me dirigí a los de Hufflepuff y sonreí al ver algunos premios en donde salía el nombre de mi padre, que era exactamente igual al mío de manera que sentía que el que ganó esos premios por el Quidditch era yo. También soy cazador como lo fue él en sus tiempos, aunque yo recién me uní al equipo este año, iba a hacerlo el anterior pero por el tema de los TIMOs lo dejé como futuro proyecto. Sino, me desconcentraría.

Miré por unos segundos los trofeos de Ravenclaw cuando el viento hizo que la puerte se cerrara. Me asusté por el portazo que dio y cuando me acerqué a ella a abrirla de nuevo noté que sólo se abre por fuera. Bueno, no es difícil para un mago, sonreí victorioso al pensar en que usando un alohomora tendría de nuevo la puerta como la quería, pero al meter la mano en la túnica para buscar mi varita noté que no estaba. Se debe haber caído cuando me tropecé. —Maldición.— Dije pegando mi frente a la puerta. Los magos podían hacer muchas cosas, pero sin la varita era algo completamente diferente. ¿Quién andaría a esa hora por ahí? Sino tendría que quedarme a esperar que alguien se digne a venir a dar una mirada o qué se yo, tampoco soy de los que andan gritando, así que sólo me quedaba esperar a que alguien escuchara mis golpes a la puerta o me extrañara y comenzara a buscarme.

¿Y si me daba mi síndrome de lipotimia y me desmayaba? Lindo sería, y obviamente estas palabras son sarcasmo. Como sea, el punto está en que los minutos pasaban y yo sentía que me iba a quedar para siempre allí, por tarado. Inflé mis mejillas y me dediqué a seguir viendo trofeos, una vez que terminara de verlos todos y memorizara cada uno me tiraría a morir, lo más seguro. Gryffindor tenía muchos premios, demasiados a mi gusto y le seguían las serpientes, dejándonos a nosotros en el último lugar si de cantidad se trata. Estornudé en el momento en que se me ocurrió pasar la mano a una especie de espejo en la pared, ¿es que no asean Hogwarts? Ahora que lo pensaba, todo el castillo tenía ese aspecto sucio y viejo, pero deberían barrer un poco de vez en cuando, ¿no? Caminé y caminé recorriendo los estantes o como se llamen que sostenían los trofeos y premios, se notaba que la calidad del colegio era muy buena, aunque admito que me hubiese gustado conocer al ex-director Albus Dumbledore.

Ya había perdido la cuenta del tiempo transcurrido cuando sentí que alguien entraba y en un comienzo me asusté, porque si era el viejo Filch de seguro me regañaba, pues es lo único que sabe hacer el maldito. Me quedé detrás de uno de los "estantes", y miraba a veces sacando la cabeza hacia un lado, pero para mi fortuna no era Filch, ni nadie a quien temer.. de hecho era mi mejor amiga. Reconocería esa figura y cabello en cualquier parte. —¡Bath!— Exclamé saliendo de donde estaba y corrí a abrazarla, porque me alegraba verla.. me sacaría de allí y además era una persona muy importante para mí. —¡Qué bueno que llegaste! ¡Pensé que iba a quedarme de por vida aquí!— Le dije haciendo mi acto dramático, ese que me da por hacer a veces, exagerando las cosas, pero que a muchos les causaba bastante risa como a otros les desesperaba.

Aún abrazado infantilmente a ella escuché que me preguntaba qué hacía allí. Algo encorbado, pues la abracé por la cintura, miré como pude a su rostro para responderle. —Me entró la curiosidad y quise venir a ver los trofeos.. y como tengo mala suerte se me cerró la puerta..— Le informé soltándola un poco, pero era ella ahora la que me abrazaba. —¿Y tú?— No sabía para qué preguntaba, si Bath era tan alocada y traviesa que encontrarse en un sitio como este no era la gran cosa. Adoraba a la chica, su personalidad me atraía pero como amigos, no me atrae en el sentido romántico por muy bonita que sea la boba. Aún recuerdo cuando nos conocimos, desde pequeños porque nuestros padres eran amigos.. mi madre era la mejor amiga de su mamá.. Por Merlín, esto parece trabalenguas.

—A salvo sí, sano no sé..— Dije como broma riéndome para liberarla de mi abrazo de una vez por todas, justo en el momento en que ella sacaba una varita y hacía que el sitio se iluminara con un Lumos. Miré cómo la sala de Trofeos se volvía a ver con claridad -wow, cuando llegué yo estaba claro aún, y ya estaba oscuro- y no noté que era mi varita hasta minutos después. —¡Mi varita!— La apunté pero no llegué a quitársela de las manos, pero me alegré de que la tuviese ella, sino.. uff, mejor no imaginarlo. Aunque ella era más peligrosa que mono con tijeras como decía mi abuelo materno, que es muggle. Mis abuelos paternos se ríen de él cuando dice esto, toda mi familia es muy unida la verdad.

Me acomodé las gafas escuchando la razón por la cual Bathilda estaba en este lugar, era a causa de Filch ¡y menos mal que fue así! Sino estaría aún encerrado y tendría que pasar la noche allí, ¿es que nadie me extrañaba? Si alguien lo hiciera comenzaría a preguntar por mí y al darse cuenta de mi ausencia debería buscarme... se supone. Como sea, sonreí cuando dijo que escapaba del viejo y que yo si estaba sano. —¿Sano yo? ¿Y mi síndrome de lipotimia, qué? Además estoy algo loco, y tú tienes parte de la culpa..— Había sacado el problema de mi padre, aunque los dos siempre empezábamos a preguntarnos por qué nos tenía que pasar justo a nosotros, si esa enfermedad se da más en las mujeres y más encima.. se supone que no se hereda.. ¿o sí? Mientras pensaba esto mi loca pero adorada amiga me entregó mi varita, la cual tomé y miré para ver si estaba bien y cuando lo hube comprobado la guardé en el bolsillo derecho de mi túnica.

—Siempre hemos estado en último lugar..— Dije como si nada al oír su comentario, ya salió con sus bromas acerca de las casas, ya sabía yo que por ser Gryffindor se creía la mejor, y cómo no si todos los leones son de lo mejor, hasta el famoso Harry Potter perteneció a dicha casa. Luego de eso noté que intentó arreglar lo que dijo hablando de las serpientes y me reí. —Pues sí, y no intentes arreglarla.. ya dijiste que soy un fracasado. Pero igual tengo mejores calificaciones que tú..— Me acerqué a ella sonriendo con mis ojos y le estiré un poco las mejillas, no muy fuerte.. no soy brusco con las mujeres. Si ella me hacía bromas por las casas, yo por los resultados en los exámenes, sí señor.

Me reí cuando Bath preguntó por mi enfermedad, a mí no me gustaba hablar de ella de manera que la mantenía oculta, así que cuando me desmayaba simplemente decía que era el calor y en parte tenía razón, porque esa era una de las causas por la cual terminaba mareado y si era muy fuerte, en el suelo. —Bath, síndrome de lipotimia es una enfermedad.. en la que el cerebro no te oxigena bien y te mareas. ¿Por qué crees que a veces me desmayo?— Le dije aún entre risas, terminando de acomodar mis gafas de nerd. Bathilda miraba los trofeos y cuando respondí a su malvado comentario y pestañeó rápidamente, cosa que me causó más risa aún. Siempre que estaba en compañía de ella no hacía otra cosa más que reírme. Aunque claro, me reía de ella y con ella, y lo mismo pasaba pero al revés, teníamos esa facilidad para sacar sonrisas el uno del otro, aunque en ocasiones la chica llegaba a sacarme de quicio.

—Estoy acostumbrado a tus súper comentarios.. Y que bueno que admitas que soy mejor estudiante que tú..— Sonreí esperándome un golpe, pero a diferencia de cualquier otra persona que le hubiese dicho eso, me dio un leve golpe en el brazo. A veces pasaba que yo tenía que meterme entre ella y sus blancos/víctimas antes de que los dejara K.O. y terminaba yo lleno de moretones por su culpa, además de ser el que pedía disculpas en nombre de ella.

Nuevamente me reía, pensé que para mi amiga leona era más difícil admitir algunas cosas, como esta.. aunque pensándolo bien, no lo era después de todo cualquiera que tomara la hoja con las calificaciones se daría cuenta, además que ella sabe que no es buena estudiante. —Jaja, mientras no tengas notas Troll todo va de maravillas, o eso creo..— La miré curioso unos segundos. —¿Qué sacaste en el último exámen que tuvimos de Encantamientos?— Le pregunté pues no lo sabía, por mi parte obtuve un Supera las Expectativas, prefería mil veces los exámenes en donde uno hacía los encantamientos que los de teoría. Bueno, en realidad eso dependía de la clase que fuera, pero el tema en este momento no era ese.

¿Bobo? No sé por qué me extrañaba que me dijera así, era el sobrenombre especial que me tenía aunque lo usara también con otras personas. Sonreí y escuché lo que tenía para decirme. —¿Cómo es que tienes sueño si dormiste casi todo el día hoy?— Bueno, en realidad no sabía eso, cuando fui a buscarla un compañero me dijo que aún dormía y yo no la volví a buscar, porque anduve practicando Quidditch, charlando con amigos y hasta leí un rato en mi querida biblioteca. —¡Ah! Ahora me necesitas.. bien..— La molesté y fui hacia la puerta sacando mi varita. —Alohomora.— Dije, pero no se abrió. Miré a Bath. —¿Qué demonios? ¿Por qué no se abre?— Pensé que tal vez había un hechizo diferente, después de todo estaban los trofeos ahí y así evitaban que alguien los robara. ¿Será de esa manera?

No aguanté. En cuanto dijo que había sacado nota troll empecé a reírme, pero en un comienzo intenté esconderme tapándome la boca con la mano, pero no con la palma sino con el otro lado, y fue tanto que me quité los lentes y agaché la cabeza un poco cerrando los ojos, dejando escapar finalmente la risa contagiosa. —Bath, eres imposible..— Alcancé a decir entre las risas que hacían que mis ojos sonrieran. —Supera.. las expectativas..— Aún riéndome lo dije bajo y lento, porque temía que lanzara una de sus manotadas por estar riéndome de su calificación, y por la nota que yo obtuve. Ya me estaba reclamando que escapó de Filch y se había cansado, por eso le había bajado el sueño. Me pregunto si ella se dormirá altiro cuando se va a acostar o se queda haciendo otra cosa, yo me entro al cuarto a las 22:00 horas y de ahí no salgo hasta el otro día, por lo que no sé que hará, además no podemos entrar a la pieza de las chicas.

—Que no abre..— Repetí volviendo a jalar la manilla, pero no había caso. —Si no viene nadie tendremos que dormir aquí.. Al menos ya no estoy solo..— Solté una risita, pero mejor me callé porque era probable que Bathilda me diera una de sus miradas fulminantes, y después tendría pesadillas a causa de ella. Me pasé las manos por el cabello viendo preocupado las ventanas y la puerta, ¿y ahora qué? —Mira, mira.. piensa positivo, si nos quedamos aquí toda la noche mañana tendrás una excusa para no ir a clases. Dirás "me quedé encerrada" y como estabas conmigo, te perdonarán.— Dije como idea, esperando que le gustara, pero por si acaso traté de proteger "mis partes" por si se le ocurría patearme.

A veces pensaba en si mi querida amiga le gustaría deshacerse de mí, éramos tan opuestos que tal vez ella se había hecho mi amiga sólo porque nuestros padres lo fueron en su momento, bueno, en realidad aún lo son pero ya no comparten tanto como antes. Era triste pensar en eso, yo la apreciaba mucho y aunque fuera agresiva sabía que en el fondo se encontraba una dulce joven que simplemente actuaba así por miedo a ser lastimada. Además, esa personalidad bruta me gustaba, son pocas las chicas así, últimamente todas son muy femeninas y coquetas buscando chicos, o las niñas tiernuchas que sueñan con que llegue su príncipe azul. —Lo bueno de ser tu mejor amigo es que a mí me adviertes que me golpearás..— Le dije con una sonrisa amigable, yo podía defenderme si quería, tenía el físico para ello, no por nada hago pesas y me ejercito. Se subió las mangas y puse cara de preocupado. ¿Qué haría ahora Bath?

—¿No te gustó mi excusa?— Pregunté alzando mis cejas, retirando mis gafas para guardarlas en el bolsillo de la túnica, ya no las necesitaba pues esas eran para ver de cerca. —¿Que piensen qué? ¿Que tú y yo..? ¡Pfff!— De tan sólo imaginarlo empecé a reírme otra vez, ahora sí que me daba en la cara. Sin embargo, su blanco fue la puerta. Ahora que tenía a Bathilda por compañía no estaba preocupado, me agañé frente a ella y le sonreí con mis ojos. —¿Sabes? Me recuerdas a una chica de un anime.. se llama Akane Tendo y es igual de agresiva que tú..— Dije de la nada, recordando Ranma 1/2. Mi madre es fan del anime, o lo fue y terminó pegándome algunos de esos dibujos muggles que son exitosos en Japón.