Una visita pero no de cortesía [Dasha]

Un mal día, una pésima clase de Pociones donde todo me salía al revés y mal y como era de esperar, una poción que salío horriblemente mal, tenía que ser una poción sencilla, una que había hecho ya varias veces con resultados asombrosos, pero hoy no era mi día y en vez de crearse un humo rojo al finalizarla, creo una pequeña llamarada y luego una explosión que resonó en toda la clase. Explosión que hizo que mis manos se quemaran.

No parecía nada por lo que preocuparse y por eso seguí con la clase hasta el final, pero después de un par de horas, las quemaduras se volvían más feas, haciendo que el dolor se convirtiera en casi insoportable y que un gran mareo fuera ganando terreno en mi, haciendo que mi piel ya de por si algo pálida, perdiese un par de tonos más. Hice aparecer unos paños húmedos para envolver mis manos mientras me dirigía hacia la zona del colegio que menos me gustaba y que este año estaba visitando más que todos los demás años juntos. Pero mis visitas a ese lugar eran más que normales, era allí donde estaba la persona con la que podía hablar sin tapujos, sin callarme nada ni ocultarle lo que realmente me pasaba, lo había hecho al principio, como lo seguía haciendo con casi todos, pero que Dasha supiera la verdad era algo que me gustaba, podía hablar con ella y ella ayudarme con todo ese estado de mi vida.

Mordía mi labio cada vez más fuerte para aguantar la quemazón de las manos y el dolor sentido a causa de abrir la puerta de la enfermería. No había nadie, Dasha parecía que tampoco estaba en su despacho. Mordí aún más fuerte mi labio hasta el punto de crear una pequeña herida en él, cerré los ojos fuerte al sentir como todo se iba moviendo en círculos borrosos.