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Bienvenido a Magic is Might, un foro basado en la tercera generación de la saga de Harry Potter. Este año se realizará el torneo de los tres magos, participaran del mismo Hogwarts {Inglaterra}, Magedumanis {Grecia} y Myeongmab {Corea del Sur}. Los campeones aun no han sido elegidos, sumate a esta aventura y participa del torneo, agregando tu nombre en el cáliz o simplemente apoyando a tu campeón.
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Algo para picar {Lysander X. Scammander}
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Algo para picar {Lysander X. Scammander}
Otro día que tras una mañana soleada acababan las clases. Estaba cansada como siempre, no había hecho mucho pero aún así lo estaba, lo de levantarse pronto e ir a clase no era la mío. Esa misma mañana, entre una de todas las clases que habia tenido, estaba mi asignatura favorita, Transformaciones, lo bueno de esa mañana, además me felicitaron por haberlo hecho bien, ya tenía el resto del día la sonrisa en los labios por aquello.
Fui a la sala común, dejé los libros, y con mi querida pizarra dije a mis compañeras que me iba a dar una vuelta que no me esperaran para irnos juntas al Gran Comedor a bajar a comer, iría directamente desde donde estuviese y salí de allí. Recorrí los pasillos, uno y otro hasta que finalmente llegué a la cocina. La comida aún no era, le faltaba media hora más o menos, pero ya tenía hambre porque apenas desayuné. Nada más llegar comprobé que no hubiese gente, dejé la pizarra con el rotulador encima de la mesa y me dediqué a buscar algo. Un cajón de aquí, un cajón de allá y nada. Las estanterías sólo tenían especias y otros alimentos que no me apetecían en aquel momento, sólo me quedaba la nevera, el resto de comida no sabía donde la guardaban, pero tiempo al tiempo que ya lo averiguaría. Abrí la puerta y estaba lleno de cosas, metí la mano sacando algo de comida. Un bocado y otro, y así comiendo y saboreando aquello. Era increíble cuanto me gustaba comer, la mitad de mis compañeras estaban siempre con la tontería de si engordaban o no, otras pasaban y no hacían nada y luego estaban las que eran como yo. Que a pesar de comer y comer les daba igual, tampoco engordaba así que más me gustaba comer.
Abrí el congelador y cogí un tarro en el que había helado, para mi suerte era de fresa, uno de mis preferido. Fui a un cajón a por una cuchara sopera, me senté encima de la mesa que había allí, no sin antes mirar que estuviese limpia, y sin más metí la cuchara con fuerza para coger cantidad que fue directa a mi boca. Estaba frío y bueno, lo saboreaba con más ganas. Era un sabor dulce y adoraba como se me deshacía en la boca. Luego otra cucharada, haciendo tiempo mientras los minutos pasaban.
Fui a la sala común, dejé los libros, y con mi querida pizarra dije a mis compañeras que me iba a dar una vuelta que no me esperaran para irnos juntas al Gran Comedor a bajar a comer, iría directamente desde donde estuviese y salí de allí. Recorrí los pasillos, uno y otro hasta que finalmente llegué a la cocina. La comida aún no era, le faltaba media hora más o menos, pero ya tenía hambre porque apenas desayuné. Nada más llegar comprobé que no hubiese gente, dejé la pizarra con el rotulador encima de la mesa y me dediqué a buscar algo. Un cajón de aquí, un cajón de allá y nada. Las estanterías sólo tenían especias y otros alimentos que no me apetecían en aquel momento, sólo me quedaba la nevera, el resto de comida no sabía donde la guardaban, pero tiempo al tiempo que ya lo averiguaría. Abrí la puerta y estaba lleno de cosas, metí la mano sacando algo de comida. Un bocado y otro, y así comiendo y saboreando aquello. Era increíble cuanto me gustaba comer, la mitad de mis compañeras estaban siempre con la tontería de si engordaban o no, otras pasaban y no hacían nada y luego estaban las que eran como yo. Que a pesar de comer y comer les daba igual, tampoco engordaba así que más me gustaba comer.
Abrí el congelador y cogí un tarro en el que había helado, para mi suerte era de fresa, uno de mis preferido. Fui a un cajón a por una cuchara sopera, me senté encima de la mesa que había allí, no sin antes mirar que estuviese limpia, y sin más metí la cuchara con fuerza para coger cantidad que fue directa a mi boca. Estaba frío y bueno, lo saboreaba con más ganas. Era un sabor dulce y adoraba como se me deshacía en la boca. Luego otra cucharada, haciendo tiempo mientras los minutos pasaban.
Invitado- Invitado
Re: Algo para picar {Lysander X. Scammander}
Para él, el horario de clases pasaba como si nada. Un poco porque era bastante distraído y gran parte de las clases se la pasaba volando en su imaginación, y otro poco porque no muchas asignaturas le significaban retos demasiado grandes, y no había tenido Herbología ese día, como para al menos decir que podría haber prestado más atención a la que suponía ser su materia preferida entre todas las que daba Hogwarts; así pues, como casi todas las mañanas, el día se le pasaba rápido y sin mayores complicaciones... Siempre y cuando no consideráramos un par de regaños por parte de los profesores como una complicación, pues había tenido que oír el típico "Presta más atención" o "¿Puedes repetirme lo que acabo de decir?" de la mano de varios profesores en varias materias. Obviamente, nunca prestaba respuesta alguna ante ninguno de esos comentarios, como mucho podía sonrojarse sutilmente y agachar la vista a la espera de no recibir un regaño mayor, con lo cual muchos de sus compañeros terminaban por reír en son de burla, y la clase prontamente retomaba su rumbo y camino natural; total que al final si prestaba más atención, con tal de no terminar castigado y tener que perderse el almuerzo.
-"Hmf... Almuerzo.."- Pensó tras salir de su última clase, en el tercer piso, dirigiéndose de forma casi automática hacia el segundo, dejando que sus pasos casi sigilosos y parsimoniosos caminaran hacia la biblioteca, como siempre solía hacer. Pero su estómago le advirtió que tenía más hambre de lo común a mitad de camino, haciendo más ruido de lo que él mismo hacía al hablar... Aunque bueno, considerando el tono siempre bajo de su voz, tampoco había muchas cosas que no sobrepasaran el nivel de la misma, pero de cualquier forma ese no era el punto; llevó las manos hacia su abdomen y paró su caminar en seco, observándose como si estuviera por entablar conversación consigo mismo, con su cuerpo más bien, logrando ganarse un par de miradas extrañadas de parte de los estudiantes que se paseaban por esa misma zona, sin embargo a Lysander no pareció importarle, o bien estaba muy concentrado en mirarse con ceño fruncido como para prestar atención a como le miraba los demás. Probablemente, la segunda opción era la más viable. Sí, eso era seguro.
Un bufido suave se escapó de entre sus labios, al mismo tiempo que su mirada se volvía a elevar para examinar los pasillos... No le quedaba mucho para llegar a la biblioteca, y había esperado mucho rato para terminar el libro sobre criaturas fantásticas que había comenzado, así que no pudo evitar observar el pequeño trecho que le quedaba con cierto deje melancólico, quizás un poco exagerado, pero en fin; no podía decirle que no a su estómago si este le pedía comida, mayormente porque no le agradaba eso de que fuera "gruñéndole a la gente" por la misma razón, así que tendría que atrasar un poco el finalizar con ese libro... Aah, Adiós a las esperanzas de encontrarse con algo interesante en su ávida lectura. En cualquier caso, su solitario caminar le llevó directamente hacia el primer piso, donde recién entonces se percató de que aun no llegaba la hora de la comida... Ooh.. ¡Perfecto! Y él que se podría haber quedado esperando un poco más en la biblioteca. Maldito estómago regruñón. Pues bien, no le quedaba más opción... Tendría que entrar a la Cocina... Aunque eso tampoco podía ser tan malo, después de todo significaba poder ver a algunos de los elfos que ahí trabajaban. No que le gustara la idea de que ellos trabajaran, pero al menos era lo más cerca que estaría del contacto con uno de ellos, después de todo su familia nunca se permitiría tener un elfo doméstico, y él feliz de ello.
Le significó una sorpresa que no fueran exactamente elfos lo que sus ojos verían ni bien sus pies atravesaran la puerta de la cocina, aunque si había algunos trabajando por ahí y por allá, lo que más llamaba su atención era la silueta que se encontraba a unos... Seis... O quizás siete pasos de distancia, sentada en una mesa y atacando -porque solo así lo podía denominar- un pote de helado. La imagen no pudo más que hacerle reír suavemente, y ante la tranquilidad y silencio que parecía reinar en aquel lugar, no se pudo evitar que algunos elfos miraran hacia su posición, unos cuantos con mala cara, otros como si quisieran saludar pero prefirieran seguir con su trabajo; nuevamente sintió las mejillas calientes por un par de segundos, y no sabía si era por ver a Felicity, o por las miradas posadas en él. Quiso pensar que era lo segundo, pero no se podía negar que se debía en gran parte a lo primero... Aunque siempre podía intentar disimular. Saludó con su mano a todos los presentes, y finalmente caminó esos seis o siete pasos en dirección a la joven Hufflepuff, sonriente y animado, evitando volver a reírse.
-Buenos días- Saludó, tan bajo y suave como siempre, a la vez que buscaba una de las manos de la joven para darle un beso sobreactuado en su dorso, caballeroso... Como de costumbre- ¿Tu estómago también empezó a gruñirle a las personas sin razón? -Cuestionó, divertido.
-"Hmf... Almuerzo.."- Pensó tras salir de su última clase, en el tercer piso, dirigiéndose de forma casi automática hacia el segundo, dejando que sus pasos casi sigilosos y parsimoniosos caminaran hacia la biblioteca, como siempre solía hacer. Pero su estómago le advirtió que tenía más hambre de lo común a mitad de camino, haciendo más ruido de lo que él mismo hacía al hablar... Aunque bueno, considerando el tono siempre bajo de su voz, tampoco había muchas cosas que no sobrepasaran el nivel de la misma, pero de cualquier forma ese no era el punto; llevó las manos hacia su abdomen y paró su caminar en seco, observándose como si estuviera por entablar conversación consigo mismo, con su cuerpo más bien, logrando ganarse un par de miradas extrañadas de parte de los estudiantes que se paseaban por esa misma zona, sin embargo a Lysander no pareció importarle, o bien estaba muy concentrado en mirarse con ceño fruncido como para prestar atención a como le miraba los demás. Probablemente, la segunda opción era la más viable. Sí, eso era seguro.
Un bufido suave se escapó de entre sus labios, al mismo tiempo que su mirada se volvía a elevar para examinar los pasillos... No le quedaba mucho para llegar a la biblioteca, y había esperado mucho rato para terminar el libro sobre criaturas fantásticas que había comenzado, así que no pudo evitar observar el pequeño trecho que le quedaba con cierto deje melancólico, quizás un poco exagerado, pero en fin; no podía decirle que no a su estómago si este le pedía comida, mayormente porque no le agradaba eso de que fuera "gruñéndole a la gente" por la misma razón, así que tendría que atrasar un poco el finalizar con ese libro... Aah, Adiós a las esperanzas de encontrarse con algo interesante en su ávida lectura. En cualquier caso, su solitario caminar le llevó directamente hacia el primer piso, donde recién entonces se percató de que aun no llegaba la hora de la comida... Ooh.. ¡Perfecto! Y él que se podría haber quedado esperando un poco más en la biblioteca. Maldito estómago regruñón. Pues bien, no le quedaba más opción... Tendría que entrar a la Cocina... Aunque eso tampoco podía ser tan malo, después de todo significaba poder ver a algunos de los elfos que ahí trabajaban. No que le gustara la idea de que ellos trabajaran, pero al menos era lo más cerca que estaría del contacto con uno de ellos, después de todo su familia nunca se permitiría tener un elfo doméstico, y él feliz de ello.
Le significó una sorpresa que no fueran exactamente elfos lo que sus ojos verían ni bien sus pies atravesaran la puerta de la cocina, aunque si había algunos trabajando por ahí y por allá, lo que más llamaba su atención era la silueta que se encontraba a unos... Seis... O quizás siete pasos de distancia, sentada en una mesa y atacando -porque solo así lo podía denominar- un pote de helado. La imagen no pudo más que hacerle reír suavemente, y ante la tranquilidad y silencio que parecía reinar en aquel lugar, no se pudo evitar que algunos elfos miraran hacia su posición, unos cuantos con mala cara, otros como si quisieran saludar pero prefirieran seguir con su trabajo; nuevamente sintió las mejillas calientes por un par de segundos, y no sabía si era por ver a Felicity, o por las miradas posadas en él. Quiso pensar que era lo segundo, pero no se podía negar que se debía en gran parte a lo primero... Aunque siempre podía intentar disimular. Saludó con su mano a todos los presentes, y finalmente caminó esos seis o siete pasos en dirección a la joven Hufflepuff, sonriente y animado, evitando volver a reírse.
-Buenos días- Saludó, tan bajo y suave como siempre, a la vez que buscaba una de las manos de la joven para darle un beso sobreactuado en su dorso, caballeroso... Como de costumbre- ¿Tu estómago también empezó a gruñirle a las personas sin razón? -Cuestionó, divertido.
Invitado- Invitado
Re: Algo para picar {Lysander X. Scammander}
Pensamientos y más pensamientos, por mucho que estuviera comiendo en aquel momento no podía evitar aburrirme. Y es que era así, nerviosa perdida. Debía de hacer algo más a la vez que solo comer sin nadie a quien mirar, escuchar o lo que fuese, porque los elfos no eran de la mejor compañía, por lo menos estos que estaban aquí. Me llevaba otra cucharada a la boca, volví a repasar aquel día tan sumamente aburrido, mas bien repasaba en mi cabeza las tareas que habían mandado por si de un casual esa tarde me apetecía hacer alguna pero no, no era ninguna la que me llamara para hacer. Esa tarde me la pasaría descansando, sí, seria lo mejor para hacer o bueno hacer alguna locura que otra, que eso tampoco me venia mal.
Lo único que se escuchaba en aquel ambiente eran los elfos trabajar, algunos de los cuales gruñían por ello, y el sonido que hacia al meter al cuchara en dicho bote. Cogí otra con ganas y justo en el momento que me la iba a llevar a la boca escuché una pequeña risa que hizo que no llevase a cabo dicha acción. ¿A quien veían mis ojos? Vaya, ni si quiera me había imaginado que pudiera bajar hasta aquí. Sin más, acabé llevándome la cuchara a la boca, volviendo a dejarla en el bote. Una vez habiendo tragado aquello y teniendo mi boca fría como el hielo mis labios dibujaron una sonrisa tímida sin quererlo. En mis labios notaba que me había dejado un poco del helado pero no estaba segura. Pasé mi lengua suavemente por estos, mojándolos y quitando todo lo que podía, mas faltaba que encima me viera así, pensaría que era una asquerosa al comer -por decirlo de alguna manera- para mi mala suerte no me limpié todo lo de los labios, se me había quedado algo bajo de estos y sin saber como. Ahora mismo era uno de esos momentos en los que pensabas tierra trágame vale que el pensara que éramos amigos y podría ser gracioso pero... hasta tal punto, porque por dentro me estaba muriendo de vergüenza.
Cada vez que lo veía acercarse en mi estómago revoloteaba algo, además de los nervios de aquello. Menudo cuadro. A modo de saludo le sonreí de una manera más alegre, más Felicity. Dejando que cogiera mi mano para en esta darla un beso, estas cosas no solían pasar aparte de en mi cabeza y en escenas de películas, cosa que hizo sonrojarme. Desvié la mirada a otro lado pero nada más quitarla de él volvió a hablar. Ladeé la cabeza un poco, de izquierda a derecha intentando que con ellos entendiese un más o menos. Busqué con la mirada mi pizarra, dejé el bote del helado que aun sostenía con una mano a un lado, pero no muy lejos, conociéndome sabia que volviera a comer. Abrí la tapa del rotulador y con la pizarra apoyada en mis piernas escribí '¿tanto miedo causaba tu estómago que no podía aguantar?'. Le mostré la pizarra, encogiéndome de hombros y sonriéndole divertida. En toda la mañana no lo había visto y ahora, estaba junto a mí en la cocina, eso me había ahorrado que lo buscase esta tarde por todo Hogwarts. Su compañía era algo que necesitaba todos los días, como para un enfermo el medicamento para seguir día a día. Tras unos segundos apoyé la pizarra, otra vez, sobre mis piernas borrando lo que había escrito. '¿Cómo te ha ido el día?' pregunté como era habitual que lo hiciera, siempre me interesaba por él y por como le iba, en caso de que le notara extraño ya me empezaría a preocupar y no era algo que me importaba poco. Mientras hacia tiempo para que mirase la pizarra volví, como no, a coger otra cucharada. Estaba dejando el bote vacío. Abrí los ojos de repente como platos, "vaya" pensé, se me había olvidado ofrecerle menos mal que me conocía sino capaz de pensar que era una mal educada. Tras llevarme a la boca la cuchara le ofrecí el bote, afirmando leve con la cabeza indicando que sí, estaba bueno. Realmente bueno.
Lo único que se escuchaba en aquel ambiente eran los elfos trabajar, algunos de los cuales gruñían por ello, y el sonido que hacia al meter al cuchara en dicho bote. Cogí otra con ganas y justo en el momento que me la iba a llevar a la boca escuché una pequeña risa que hizo que no llevase a cabo dicha acción. ¿A quien veían mis ojos? Vaya, ni si quiera me había imaginado que pudiera bajar hasta aquí. Sin más, acabé llevándome la cuchara a la boca, volviendo a dejarla en el bote. Una vez habiendo tragado aquello y teniendo mi boca fría como el hielo mis labios dibujaron una sonrisa tímida sin quererlo. En mis labios notaba que me había dejado un poco del helado pero no estaba segura. Pasé mi lengua suavemente por estos, mojándolos y quitando todo lo que podía, mas faltaba que encima me viera así, pensaría que era una asquerosa al comer -por decirlo de alguna manera- para mi mala suerte no me limpié todo lo de los labios, se me había quedado algo bajo de estos y sin saber como. Ahora mismo era uno de esos momentos en los que pensabas tierra trágame vale que el pensara que éramos amigos y podría ser gracioso pero... hasta tal punto, porque por dentro me estaba muriendo de vergüenza.
Cada vez que lo veía acercarse en mi estómago revoloteaba algo, además de los nervios de aquello. Menudo cuadro. A modo de saludo le sonreí de una manera más alegre, más Felicity. Dejando que cogiera mi mano para en esta darla un beso, estas cosas no solían pasar aparte de en mi cabeza y en escenas de películas, cosa que hizo sonrojarme. Desvié la mirada a otro lado pero nada más quitarla de él volvió a hablar. Ladeé la cabeza un poco, de izquierda a derecha intentando que con ellos entendiese un más o menos. Busqué con la mirada mi pizarra, dejé el bote del helado que aun sostenía con una mano a un lado, pero no muy lejos, conociéndome sabia que volviera a comer. Abrí la tapa del rotulador y con la pizarra apoyada en mis piernas escribí '¿tanto miedo causaba tu estómago que no podía aguantar?'. Le mostré la pizarra, encogiéndome de hombros y sonriéndole divertida. En toda la mañana no lo había visto y ahora, estaba junto a mí en la cocina, eso me había ahorrado que lo buscase esta tarde por todo Hogwarts. Su compañía era algo que necesitaba todos los días, como para un enfermo el medicamento para seguir día a día. Tras unos segundos apoyé la pizarra, otra vez, sobre mis piernas borrando lo que había escrito. '¿Cómo te ha ido el día?' pregunté como era habitual que lo hiciera, siempre me interesaba por él y por como le iba, en caso de que le notara extraño ya me empezaría a preocupar y no era algo que me importaba poco. Mientras hacia tiempo para que mirase la pizarra volví, como no, a coger otra cucharada. Estaba dejando el bote vacío. Abrí los ojos de repente como platos, "vaya" pensé, se me había olvidado ofrecerle menos mal que me conocía sino capaz de pensar que era una mal educada. Tras llevarme a la boca la cuchara le ofrecí el bote, afirmando leve con la cabeza indicando que sí, estaba bueno. Realmente bueno.
Invitado- Invitado
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