¿Qué narices me pasa? ··Derek··

··Entré en la enfermería con paso rápido, suspirando aliviada de que nadie se encontrase allí. No sabía cómo ni por qué, pero me había quedado completamente dormida, por primera vez en todo el tiempo que llevaba trabajando de enfermera en Hogwarts me había quedado dormida. Me maldije a mí misma por lo que acababa de hacer, por mi tremenda irresponsabilidad. No sabía cómo había sido capaz de cometer un error tan grande. Sabía todo lo que significaba ese trabajo para mí, sabía que era la única forma de estar cerca de mi hija y aún así lo había descuidado, exponiéndome a que alguien se diera cuenta y expusiera una queja al director, el cual no tendría más remedio que echarme por mi grave falta.
Miré a mi alrededor asegurándome de que realmente no había nadie allí, aunque no sabía si alguien había asistido antes a la enfermería buscando algo de ayuda. Esperaba que no hubiera sido así y que en esta hora en la que había llegado tarde nadie se hubiera lastimado o accidentado, o al menos que aún no hubiera aparecido en la enfermería. Ladeé mi cabeza a un lado y a otro intentando sacar aquellos pensamientos de mi cabeza, pues el mal ya estaba hecho y no podía hacer nada para remediarlo, debía de asumir lo que había pasado y esperar a que nada hubiera pasado y nadie se quejase de mí. Suspiré y me acerqué a una de las estanterías de la enfermería, la cual tenía que empezar a colocar si no quería perderme y darle alguna poción equivocada a quien viniera pidiendo ayuda. Bufé al ver el montón de frascos, preguntándome en cómo era posible que aquello estuviera tan descolocado si yo apenas lo tocaba. A veces había llegado hasta pensar que algunos alumnos se colaban en la enfermería y cogían lo que les daba la gana, tendría que hablar con el director para poner algún remedio.
Empecé a colocar los frascos al mismo tiempo que tarareaba una canción, no sabía de donde la había sacado, pero era muy pegadiza. Seguía colocando las cosas con rapidez, pues no quería que alguien apareciera y tener que dejar el trabajo a medias. Lo hacía tan rápido y sin poner mucho cuidado que de repente uno de los botes se volcó, creando un efecto dominó, haciendo que cayeran al suelo un montón de frascos más, rompiéndose irremediablemente·· Mierda! ··Exclamé malhumorada para después agacharme y comenzar a recoger los miles de cristalitos que se habían formado tras la caída. Al parecer no había aprendido la lección de que las prisas no eran buenas y al hacerlo todo tan rápido, me corté uno de mis dedos. Arrojé los cristales que ya había recogido totalmente enfadada y me senté en el suelo con los ojos llorosos, impotente porque no sabía que narices me pasaba hoy, estaba extremadamente abrumada··

Tenía una ahora libre, bueno, en realidad me habían prohibido la entrada durante toda la semana a la clase transformaciones para "recapacitar" sobre mi comportamiento; en realidad este era el "castigo" más suave que había tenido desde hace tiempo, pero... llegar 20 minutos tarde tampoco es motivo para un castigo mayor.

No quería tirarme una hora sin hacer nada (para eso lo hacía en clase) a si que iba a aprobechar mi paseo libre por el castillo para ir a la enfermería a ver a Dasha. Me puse en marcha hacia el segundo piso y llegue frente a la puerta de la enfemería. Entré de golpe con cara de dolor y gritando.

¡Me duele mucho! Aahhh.-

Quería gastarla una broma, pero en cuanto divisé a la chica en la sala, mis ganas de bromear se esfumaron, y mi rostro cambio de mostrar un falso dolor a una gran preocupación. Me acerqué rapidamente a ella y me puse de cuclillas, pisando los cristales rotos de los frascos.

¿Qué te pasa, preciosa?

Pregunté preocupado, pero con un tono de voz suave para que no se alterase más. Miré rapidamente a mi alrededor. Botes por el suelo, cristales rotos y un corte en el dedo de la chica... ¿Le había dolido tanto el corte como para ponerse así?

··Seguía allí sentada en el suelo, viendo como mi dedo sangraba, me había hecho un corte algo profundo, pero ni si quiera me importaba, ni si quiera me había dolido a decir verdad. No sabía que me pasaba, estaba como en shock. Notaba como mis ojos aún seguían llorosos a punto de soltar un mar de lágrimas, pero ni si quiera sabía el verdadero motivo de aquello. Quizás era que mi trabajo me venía demasiado grande o que guardar tanto tiempo el secreto de Ksenia me estaba haciendo el peor de los años y a la vez se me juntaba con el poco valor que tenía para decirle la verdad.
De repente escuché un ruido y tras él un grito de una voz que se me hacía muy familiar, pero ni si quiera me inmute, no me gire para mirar, quizás era un alumno al cual le había pasado algo grabe, pero no sabía que me pasaba que incapaz de moverme, me encontraba en un estado de ánimo lamentable... simplemente por haberme quedado dormida... de verdad que no lo entendía.
En menos de 10 segundos la persona que había entrado por la puerta se acercó a mí y se puso de cuclillas a mi lado, alcé mi mirada levemente y vi que se trataba de Derek, un alumno de Slytherin con el cual mantenía una relación cordial. Escuché la pregunta del muchacho y negué con la cabeza mirándole·· No lo sé, no sé que narices me pasa, no sé porque estoy así ··Contesté mirándole aún con los ojos llorosos y la mirada confundida, ni yo misma me entendía·· Supondo que he tenido un mal día, se me pasará, no te preocupes ··Añadí cogiendo aire para después soltarlo, impidiendo así que las lagrimas salieran·· ¿Querías algo Derek? ¿Te encuentras bien? ··Pregunté sin prestar atención aún a mi mano y a la sangre que estaba saliendo de ella··

Fruncí el ceño al escuchar a la chica; me estaba preocupando. No conocía a Dasha de hace mucho tiempo, pero le había cogido cariño rápido y encima me había ayudado alguna vez para librarme de algún castigo, por eso me preocupaba verla así, porque nunca antes la había visto de esta manera.

Yo estoy bien, pero tu no. Levanta anda.-

La ayude a levantarse teniendo cuidado de no hacerle daño en el corte que tenia ¿Por un mal día se ponía así? Estaba claro que algo le pasaba, pero tampoco me quería meter mucho en sus temas personales, mas que nada por si a ella la molestaba; seguramente aun me viese como un niño en muchas ocasiones.

Lávate las manos mientras yo recojo un poco esto.

Me puse a recoger los botes que no se habían roto con la caída y los dejé en una mesita que había cerca e intenté arreglar algunos de los otros botes con la varita, pero el contenido que tenía dentro era insalvable. Ya había terminado de limpiarse la herida, y aunque a mi me quedaba algo por recoger, saber que le pasaba a la chica era más importante que seguir limpiando, que por otra parte, era muy raro en mi ponerme a limpiar cosas, y más aun si no me habían obligado.

Bueno... ¿Seguro que solo es un mal día?-

Dije después de acercarme a ella. Tampoco quería insistir mucho, y si me volvía a decir que solo era un mal día, dejaría ese tema a un lado.

··Escuché las primeras palabras de Derek y suspiré al mismo tiempo que me levantaba con su ayuda. No me gustaba que nadie me viera así, odiaba sentirme débil y más delante de cualquier persona·· Derek, no es necesario, puedo yo sola ··Le dije mirándole, aunque sabía que el no se iba a ir, le conocía lo suficiente para saber que no se iba a dar por vencido ni se iba a ir de allí sin más, así que no me quedaba más que resignarme y aceptar que Derek me estaba viendo de aquella forma por mucho que me molestara.
Escuché lo siguiente que dijo el moreno y asentí con la cabeza obedeciendo sin más, pues sabía que no iba a servir de nada llevarle la contraria, si no para perder más tiempo y entrar en una discusión que no llevaría muy lejos.
Me acerqué hasta un lavabo que había allí cerca y me metí el dedo debajo del grifo, notando como el agua lavaba mi herida, la cual aún así, no dejaba de sangrar. Miré como Derek recogía todo lo que había tirado al suelo y suspiré, no me gustaba que los demás hicieran el trabajo que a mi me correspondía.
Nuevamente Derek se acercó a mí y asentí al escuchar su pregunta·· Sí tranquilo, se me han juntado unas cuantas cosas, pero solo es un mal día ··Contesté mientras presionaba mi herida intentando parar la hemorragia. Después miré a Derek y aunque no me gustaba pedir ayuda, no podría hacer aquello sola·· Derek, sé que ya has hecho bastante por mí... pero ¿podrías ayudarme a curar mi herida? ··Pregunté mirándole, no quería abusar de él, pero no podría curar aquella herida sin su ayuda, pues estaba en un lugar en el cual no podría hacerlo sola··

Sonreí al escuchar a la chica; me alegraba de que no fuese nada grabe, y bueno... si después de todo si lo era, y no me lo quería decir, no la iba a obligar. La vida me había enseñado a que meterse mucho en los problemas de la gente, solo servía para tener problemas con esa persona.

Me senté sobre un una de las sillas más cercanas y resoplé. Había venido para gastarle una broma y me había encontrado con este panorama. Levanté la mirada para mirar a la chica, que estaba intentando tapar la hemorragia con el dedo, pero no dejaba de sangrar.

Miré a la chica a la cara, y con un simple gesto de cabeza, afirmé que la iba a ayudar. Me levanté y busqué algo rápido y eficaz en las estanterías, pero no tenía ni idea de medicina por lo que me giré a mirar a Dasha con algo de timideza; supongo que curar un corte es algo básico que todos deberíamos saber, pero es que mi padre tenía la manía de enseñarnos estúpidos métodos muggles, y dudaba que por aquí hubiese algo de eso.

¿Qué... necesitas?-

Giré la cabeza y le pregunté algo avergonzado, aun enfrente de la estantería.

··Seguí presionando la herida, llenando mi otra mano también de sangre. La herida era un tanto profunda, por eso era por lo que echaba tanta sangre, pero no había ningún riesgo de perder el dedo ni nada de eso por eso era por lo que estaba tranquila, dentro de lo que cabía, estaba más nerviosa por lo que había pasado a lo largo del día que por la herida que me había hecho.
Observé como el chico resoplaba sentado en una silla y miré al suelo sintiéndome algo culpable por lo que le estaba haciendo pasar, seguro que él había venido a la enfermería a que le atendiese alguien, no a tener que atender a la enfermera. Rodé los ojos con fastidio a causa de mi torpeza durante todo el día y después vi como sin poner ni una sola pega accedía a ayudarme·· Gracias Derek, te lo recompensaré ··Le dije dedicándole una leve sonrisa intetando romper la tensión que se había creado desde que Derek había entrado por la puerta. Vi como caminaba hacia una de las estanterías y sonreí de lado al verle un tanto perdido. Escuché su pregunta y le dediqué una amplia sonrisa·· Busca en esa estantería un bote que ponga Esencia de Díctamo ··Contesté mirándole para indicarle más o menos por donde debía buscar, no tendría que dar muchas vueltas, esa poción no estaba muy escondida, pues era una de las más utilizadas, casi todos los alumnos que venían eran por algunas heridas superficiales y era el metodo más rapido para que dejaran de sangrar··