El León y el águila. {Rose Weasley.}

Aquellas palabras del Slytherin me habían dolido lo suficiente para tomar una decisión, si, iba a optar por olvidarme de él. Odiaba aquella situación, ¿porque se había vuelto así? Había renegado de todos, de sus hermanos, de sus padres, tíos, primos, de mí, que se suponía que era uno de sus mayores apoyos.

Caminaba con paso firme por los pasillos del castillo directa hacía la Biblioteca, único lugar en el que realmente podría desahogarme, al cabo de unos segundos llegué a ella cogí varios libros acerca de los elfos, ya que había heredado el gusto de mi madre de defender a las inofensivas criaturas mágicas de mi madre, y me dirigí hacía una de las mesas más alejadas de la Biblioteca. "Interesantes criaturas, los elfos, ahora entiendo porque mi madre los defendía tanto" Miles de pensamientos perturbaban mi mente en aquellos instantes pero, por desgracia, uno de ellos era el peor de todos, Albus, Albus y Albus, mi querido primo era el único pensamiento que me importaba de todos aquellos que merodeaban por mi cabeza.

Las horas pasaban y con ellas mis habituales prisas por llegar pronto a todos los lados, había quedado con Scorpius en el Gran Comedor y hacía el me dirigía. Abrí las puertas del Gran Comedor y me senté en una mesa alejada, lugar en el que podría estar perfectamente con el Slytherin. Al cabo de unas amenas conversaciones y de unas risas me encontraba sola en el Gran Comedor disfrutando de un agradable zumo de calabaza. Alcé mi mirada y observé a los distintos alumnos que se encontraban en aquellos momentos en el Gran Comedor, algunos Slytherins, Gryffindors, Hufflepuffs...
De repente mi mirada se cruzó con la de la pequeña pelirroja de Gryffindor. -Hola Lily-Adoraba a mi prima pequeña, era la mismísima imagen de mi tía Ginny, a la cual adoraba. -Bueno, si te soy sincera estoy algo disgustada. Ya sabes con el tema de Albus.-Baje levemente la mirada y di unas palmaditas al banco para que la pelirroja se sentará a mi lado.