Cumpliendo con mi trabajo [Joanna]

Estaba sentado en la mesa de la biblioteca, vigilando que todos los alumnos cumplieran con las normas de dicha sala, normalmente no solía tener problemas con ello, pues siempre solían venir alumnos ejemplares, responsables y estudiosos, bueno, mejor dicho, los más aburridos del colegio, los que preferían estar allí encerrados en vez de disfrutar de un maravilloso día en el exterior, los que no tenían vida social, a los que les gustaba fantasear en vez de vivir en el mundo real… A veces también venían alumnos más normales, a los que les gustaba leer, pero que rara vez se dejaban ver haciéndolo, también estaban los que venían solo a consultar cosas para hacer algunos trabajos o bien los que estaban allí por mera obligación, por culpa de algún castigo, a veces merecido y otras no tanto.
Yo ya tenía fichado a casi todos, les conocía bastante bien, pues estando en mi lugar se podía observar casi toda la biblioteca y cuando no tenía nada que hacer les observaba disimuladamente, no con ninguna intención en particular, simplemente para conocerles un poco. Con el tiempo había descubierto que según los gestos de algunas personas y la manera de comportarse que tenían se podían descubrir muchas cosas de ellos, era por eso por lo que me había convertido en una persona bastante observadora.
Al parecer hoy no había mucho que hacer en la biblioteca, pues apenas había gente, seguramente era una semana libre de exámenes y eso sumado a que últimamente hacían unos días espléndidos, los alumnos aprovechaban para salir fuera y disfrutar del aire fresco, excepto, como no, los más antisociales del castillo o bien, los más responsables, por llamarles de alguna forma. Suspiré levantándome de la silla para mirar por la ventana, con algo de envidia de ver a los alumnos disfrutando del maravilloso día, pues yo no podía salir de allí hasta que la biblioteca se quedara vacía y eso no pasaría hasta la hora de cenar, conocía bien a los alumnos que estaban y ellos eran de apurar hasta el final, no se iban de allí hasta que no se cerrasen las puertas. Sonreí de lado recordando las trastadas que yo solía hacer de pequeño por los jardines y demás, y me resigne pensando que aún me quedaba un largo día por delante