Para ser la primera vez aquí. Muy Mal~ [Priv♥]

Estaba un poco cansada, el viaje había sido muy largo y un poco silencioso, extraño en mi ya que hablo tanto que no hay nada que cierre mi boca; Pero esta vez, estaba en completo silencio. Miraba con una pequeña y delicada sonrisa por la ventana el hermoso paisaje que este permitía que yo viera.
Posaba mis delicados dedos sobre el cristal y dibujaba círculos, completamente sin nada mejor que hacer y finalmente me había quedado dormida mientras mi padre continuaba manejando su auto volador. Fue un largo viaje.

-Ah..- Miraba de reojo a mis compañeras de habitación mientras seguía acomodando mis objetos personales bajo mi cama. Siempre sostenía una pequeña sonrisa y escuchaba sus conversaciones, aunque solo prestaba atención cuando se trataba de lugares donde conocieron y cosas por el estilo. Entonces, escuche algo que era un poco interesante desde mi punto de vista.
Las chicas hablaban de un lugar a las afueras del castillo, como una pequeña zona comercial llamada Hogsmeade. El lugar parecía ser interesante con lo poco que mis compañeras hablaban y como no tendría clases hoy, tome la decisión de vestir mis ropajes mas cómodos, recoger mi cabello, haciendo dos molotes y salir a conocer el tan hablado Hogsmeade.

Pedí unas indicaciones de como llegar a aquel sitio y con despreocupación, seguí aquellas indicaciones y en cuestión de media hora, logre llegar a aquel lugar.
Miré con interés el lugar y sobre mis rosados labios se dibujo una amplia sonrisa y mi rostro se ilumino, como se ilumina el rostro de una pequeña niña tras abrir un regalo. Esa misma era mi expresión en esos momentos.
Sujete mi saco y camine mirando en especifico un lugar que llamo su atención. Era un pequeño bar, que a sus ojos parecía estar abandonado por el hecho de que el lugar no estaba tan bien cuidado y miro con la cabeza ladina aquello que llamaba la atención.. La cabeza de un puerco.
A pesar de que el lugar me causaba un poco de temor, alce un poco los hombros y tome aire, armándome de valor y caminando hasta la puerta de dicho bar, empujando con mis palidas manos aquella puerta sucia y maltratada, haciendo un molesto rechinido y entrando en aquel lugar. Entrecerré un poco los ojos y trague un poco de saliva cuando las miradas de los presentes se clavaron en mi y me limite a bajar un poco la mirada.
Finalmente decidí mejor marcharme del lugar y comencé a caminar hacia atrás, cerrando de nuevo la puerta y chocando accidentalmente con una persona que parecía que se dirigía al interior del bar, por lo que solo me gire y lleve mis manos a la altura del pecho -¡D-Discúlpeme!-

Día aburrido, sin mucho que hacer la verdad. Estaba algo cansado, aunque me encante estudiar de vez en cuando tengo ganas de estar tirado en mi cama sin hacer absolutamente nada. Hay días en los que amanecía realmente desganado, pero como soy trabajador siempre me hacía el ánimo para llevar a cabo mis cosas. Sin embargo el día de hoy pensaba en salir a darme una vuelta, no tenía nada que hacer salvo una tarea demasiado sencilla para mí, de manera que me puse lo primero que encontré casi, aunque mis gafas sí o sí iban conmigo y salí, planeando dirigirme a Hogsmeade. Al cabo de un rato anduve por allá, me sabía el camino de memoria y siempre encontraba algo interesante por aquel sitio, ya sea situaciones o personas.

Iba exactamente paseándome por las afueras de la cabeza de puerco, un bar no muy agradable a mi parecer cuando una chica chocó contra mí cuando retrocedía de la entrada de ese lugar. —Tranquila, no hay problema.— Le dije con una de mis siempre cálidas sonrisas, corriéndome un poco para que ella no se asustara más de lo que ya estaba. Antes de que dijera algo, fui yo quien habló. —¿Ibas a entrar allí?— Pregunté con calma señalando con mi dedo el bar, era más normal que los alumnos entraran a Las tres escobar que a éste, empezando porque éste es un bar y no es precisamente un sitio pulcro y bien visto. —Te recomiendo que vayas a Las tres escobas o al salón de madame Pudipie.— Le recomenté aún con mi sonrisa en el rostro, siempre era amable con las chicas, más aún si eran bonitas.